La letra pequeña de los presupuestos autonómicos de la Comunidad para 2013 es muy importante. Lo es siempre en una previsión económica de esta envergadura pero, tal como están las cosas, en esta oportunidad lo es en grado sumo, porque desvela muchas intenciones y porque el Govern se las ha ingeniado para disponer de abundante juego y amplio margen de maniobra. Para recaudar, no se hagan ilusiones.

Esta claro que estamos ante un presupuesto con nula vocación social y desmesurado afán recaudador. Aniquila cosas superfluas y obviedades, pero también mantiene privilegios. En este sentido, el Ejecutivo ha actuado de forma claramente interesada.

Es posible que el año que viene el Govern le cobre hasta el saludo. Ha llegado a la convicción de que, euro a euro, se hace caja. No importa tanto quién lo abone ni en concepto de qué, lo sustancial es ingresarlo. Balears sabrá en 2013 de tributos desconocidos hasta ahora. Se modifican o crean hasta una treintena de tasas públicas. lo cual abre directamente la vía para que el ciudadano deba pagar para practicar deporte en determinados espacios públicos o para inscribirse en el registro de parejas estables. Todo apunta a que también deberá rascarse el bolsillo para obtener determinados informes o documentos sanitarios y, aparte del canon sobre el consumo, también se incrementa el precio básico del agua.

Son, en buena medida, unos presupuestos despiadados porque en poco o nada estimulan la formación y se inmunizan ante la sensibilidad sanitaria. Apenas tienen interés por las becas, el comedor o el transporte para estudiantes y en cuestiones lingüísticas, se concentran en el Institut d´Estudis Baleàrics y se desprenden del Ramon Llull. Se desentienden del apoyo familiar a enfermos ingresados en isla diferente a la de su residencia o en la península y llegan a concentrar un recorte de 116 millones sobre el Ib-Salut. Lo pagará y lo padecerá Son Espases, no tanto los hospitales de Inca, Son Llàtzer o Manacor. Aun con tantas heridas abiertas, el presupuesto también tiene algún que otro efecto terapéutico porque aprovecha para prescindir de la relación institucional autonómica con las casas regionales y la cooperación exterior. Resulta más difícil de entender la decisión de dar la espalda la payesía. Fora vila tanto sabe de inclemencias administrativas como naturales. Volverán a caer ajustes sobre la nómina, sobre todo de personal docente. Vistas las previsiones para el nuevo año, la reestructuración de las empresas públicas parece darse por solventada.

Por lo menos en cuestiones de imagen, el president intenta dar ejemplo. Reduce en un 27% los gastos de su gabinete pero, por contra, bloquea algunos privilegios y preferencias muy difíciles de justificar después de todo lo explicado antes con tanta tasa de estreno insorteable para el ciudadano de a pie. IB3 se mantiene intocable y la escuela de vela Cala Nova, el mantenimiento del palacio de Marivent y algunas partidas del Palma Arena, no conocen la crisis. Los presupuestos autonómicos de 2013 han cuidado de que así sea. Con todo ello se cuadra un presupuesto para el desequilibrio social y el incremento de distancia entre lo necesario y lo accesorio. También es una previsión sobre seguro. Se acorrala al ciudadano de nómina y necesitado de servicios y prestaciones básicas.