En moneda de curso legal, la saga de La guerra de las galaxias vale más de 4.000 millones de dólares, que es lo que pagará Disney a Lucas por la venta de los derechos. Parece una barbaridad, pero el valor real es muy superior, teniendo en cuenta el ingente volumen de fantasía, diversión, esperanza, espíritu épico y sentido moral que esta historia extraordinaria ha insuflado en la conciencia colectiva. Vivimos en el interior de un gran libreto, formado por todas las historias, cuentos, mitos y sueños segregados por la mente humana desde sus albores, y los encargados de recolectar los signos de un tiempo para volver a verterlos, debidamente engranados en relato, bombeándolos al circuito de alimentación, aportan un nutriente tan necesario como la sangre o cualquier otro combustible. La glándula secretora de sueños que va de Disney a Lucas aporta endorfinas decisivas al Imperio americano.