Opinión | Tribuna

Jorge Pol

Ni Rossell ni Toxo ni Méndez

El escenario ha cambiado pero los actores siguen interpretando el mismo papel. Resulta todo tan histriónico que sería hasta divertido si no fuera por los dramas humanos que hay detrás. Da la sensación que los sindicatos y la patronal sólo emiten comunicados de prensa para azuzar al contrario y se olvidan de los intereses de sus asociados. Aún no he visto que los trabajadores hayan seguido de forma mayoritaria las huelgas propuestas por sus representantes, ni a ninguna asociación empresarial querellarse ante la Administración (generosa con la Banca o pródiga en el maravilloso Plan E) por no pagar en tiempo lo que debía a sus asociados.

¿Representan ellos los problemas del empresario y de los trabajadores?

Ni son agentes ni son sociales. Es más, les voy a confesar un problema personal que me ha suscitado la crisis, ¿cómo puedo seguir explicando derecho laboral a mis alumnos si en la actualidad nadie es capaz de pedirse una baja? Tengan en cuenta que su opinión es valiosa porque nos encontramos con alumnos que luchan por tener un título que les sirva para trabajar o que han vuelto a las aulas porque no encuentran trabajo.

Sí, me he dado cuenta que necesitaba de ellos y de mi experiencia –he sido trabajador "mileurista" y empresario–, para hacer realista mi asignatura. De no hacerlo así, mis explicaciones serían tan virtuales como las manifestaciones de la patronal y de los sindicatos. Por eso, les propuse vía twitter que opinaran sobre alguna de las reformas propuestas, en concreto los minijobs.

Les transcribo algunas respuestas:

Malén: "Ideales para vivir en Liliput, minihipotecas, minicolegios, minicompras, minihospitales,...miniautoestima. ¡Viva el minigobierno!".

Óscar: "Para salir de la crisis puede valer, ya que es como cobrar el paro para mucha gente pero aumentando la productividad del país".

Yovana:"No eliminan el paro, ni ayudan a la economía. Aumentan la injusticia".

Francesc: "Lo que falla aquí no es el sistema de contratación, sino el sistema productivo incapaz de generar nuevos puestos de trabajo".

Guillermo:"El salario para un estudiante está bien, pero no da para vivir dignamente".

David: "El Estado no soporta todo el gasto de parados y estos no pierden contacto con el mercado laboral. Complicado en España".

Jaime: "Al trabajador,formación; al empresario, concienciación; al sistema, educación y luego ya hablamos de ser alemanes".

Jordi: "Una buena idea si realmente sirve para mantener activa la economía en este periodo de crisis. Además, es compatible con estudiar y puede ayudar a los parados".

Cristian: "Es bueno para los parados, así pueden trabajar mientras no tienen trabajo".

Sergi: "No em pareix una bona sol·lució per la crisi, però trobo que pot a ser beneficiós per adquirir experiència professional".

Juan Manuel: "Es una pequeña solución para los empresarios y cierto sector político, pero detrás hay mano de obra barata y una buena estadística para bajar el paro".

Fran: "Permite acceso al trabajo, reduce la economía sumergida, dinamiza la economía y da ventajas al trabajador, al estado y las empresa".

Rubén: "No se debe dar facilidad al empresario para precarizar el empleo, sino mayor facilidad al emprendedor y al estudiante, más exigencias fiscales a los grandes patrimonios, y por supuesto inversión en I+D".

En conclusión, sí a los minijobs pero con matices. O sea, ni lo que dice la patronal ni lo que dicen los sindicatos. Son realistas.

Ese es uno de los graves problemas de la crisis, queremos afrontarla con los mismos actores y éstos no quieren reinventarse. No debería ser tan difícil para una sociedad, como la española, que ha sido capaz de reinventar el estado de las autonomías y hasta el modelo de familia, reformar el mundo laboral teniendo en cuenta la realidad.

Propongo, a modo de ejemplo, una serie de ideas que la Patronal y los Sindicatos deben tener en cuenta si quieren adecuarse a los nuevos tiempos:

1.- Las soluciones tienen que discutirse conjuntamente antes de lanzar globos sonda de forma unilateral. Ejemplo los minijobs.

2.- Las soluciones que se tomen tienen que saber comunicarse: verlas como garantía de los derechos de los trabajadores y de la empresa, puesto que sus intereses contrapuestos no tienen porqué conculcar aquéllos.

3.- El derecho laboral debe adaptarse al espacio europeo, la movilidad, las nuevas tecnologías, el teletrabajo, la conciliación, el trabajo por incentivos y por obra, unificar la distinta fiscalidad de las rentas de trabajo, etc.

4.- La transparencia empresarial no es un valor sino una exigencia. Las nuevas tecnologías, los blogs, etc hacen que sea difícil ocultar la verdadera situación económica de una empresa a sus trabajadores.

5.- Los derechos y deberes de los trabajadores no cambian, pero ello no obsta a que deban modernizarse, por ej. en la sociedad global es imposible exigir la inamovilidad geográfica.

6.- La seguridad jurídica no es incompatible con la flexibilidad.

En fin, son propuestas urgentes y posibles, por tanto, si tenemos el guión y fallan los actores, ¿por qué no contratamos a otros?

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