El BOE del pasado 12 de agosto, mes vacacional por excelencia, hizo pública una resolución de la Agencia española de cooperación internacional detallando las ayudas y subvenciones concedidas en el segundo trimestre de este año; en total, unos 66 millones de euros destinados a emprendimien-tos tan loables como "el desarrollo y fortalecimiento del turismo rural comunitario en el Perú", la financiación del "Observatorio de Energía Renovable para América Latina y el Caribe", el apoyo financiero al "Proyecto enfermedades olvidadas" (no aclara el motivo por el que se pretende recordarlas), el apoyo a importantísimos procesos de "autorreforma sindical en América latina" (una entelequia donde las haya), el apoyo a la ampliación "del acceso social a la lectura y la escritura" en el mismo continente y otras tan pintorescas como la encaminada a la preservación "del patrimonio fotográfico del Congo".

A vuela pluma, constato que ni una sola de las ayudas es susceptible de reforzar la presencia comercial de nuestras empresas en el exterior, pero más patético resulta que un país al borde de la intervención saque pecho (y cartera) en pro de una mejor ordenación del Universo mundo, aquélla a la que Alfonso X el Sabio hubiera deseado contribuir "si Dios me hubiera invitado al acto de la Creación".

Lo anterior cuadra perfectamente con los desvaríos de un gobierno a la deriva, pero también resulta sintomática la lectura del BOE del sábado 15, que publica un Real Decreto-ley "por el que se conceden créditos extraordinarios y suplementos de crédito" por el módico importe de unos 4.221.162.023,96 euros. 86 se destinan a financiar "la prórroga de la intervención de España en las operaciones para la resolución de la crisis en Libia", tal vez porque aún no se ha instalado del todo en aquel país un régimen teocrático basado en la santa Sharía aunque, al paso que vamos, todo se andará.

46 milloncejos se evaporarán en ayudas a los beneficiarios de la renta básica de emancipación, un mecanismo que, contra lo que propugna, no hace sino prolongar la dependencia de los entusiastas de la cultura de la subvención. Pero la parte del león se la lleva el Ministerio de Trabajo para pagar el paro y las ayudas a quienes han agotado la prestación. Tan disparatados fueron las previsiones del Ministerio que dirige la elegantísima (Prada sí, Loewe no) vicepresidenta que la tasa prevista de paro para el 2009 fue del 10,5 % y la del 2010 del 17,4 % cuando en realidad fue un ochenta por ciento superior en 2009 y un quince por ciento mayor (menos mal) en 2010. Supongo que las grandes multinacionales del mundo entero estarán esperando que cese para contratar sin demora a ese genio de las finanzas.

Si al lector le da por preguntarse cómo se financiará la broma, les aclararé que, agotado el Fondo de Contingencia por frivolidades anteriores del mismo jaez, tendrá que ser mediante la emisión de deuda pública, siquiera por aquello tan castizo de que "el que venga atrás, que arre".

Según las encuestas, uno de cada tres votantes piensa apoyar al partido socialista. Cada pueblo tiene, sin duda, el gobierno que su oposición se merece.