Con la toma de posesión de ayer, José Ramón Bauzá es ya, a todos los efectos, president de Balears. Se han acabado los preámbulos, la espera y los preparativos. Ha llegado la hora de la acción directa. Queda el condicionante de la coyuntura y la precariedad económica, pero esto no puede servir como excusa o inconveniente real cuando su éxito electoral se ha basado en la promesa de resolver una situación que el PP achaca a la ineficacia de sus contrincantes políticos. El president y el nuevo Ejecutivo se han declarado plenamente conscientes de la situación y han establecido con la sociedad balear un pacto según el cual actuarán con el objetivo de reanimar la economía y mitigar unos índices de paro laboral nunca vistos en este archipiélago. Para ello disponen de sobrada mayoría parlamentaria, lo cual significa que, en lo político, el horizonte está completamente despejado.

José Ramón Bauzá ha concentrado en seis consellerias y una vicepresidencia económica todos los departamentos en los que tiene competencia y responsabilidad directa su Govern. Es elogiable que se cumplan los compromisos de ajuste pero la reducción o agrupación de áreas no puede incidir de forma negativa sobre la eficacia de todo el conjunto. Menos consellerias no debe traducirse, en modo alguno, en menor capacidad de gestión o trabajo resolutivo. Los asuntos a afrontar y la responsabilidad de hacerlo sigue siendo la misma. La reducción de consellerias es en todo caso una conveniencia coyuntural o una oportunidad política. Nada más. No puede significar un recorte de retos, una menor dedicación al impulso legislativo o la apertura de una lista de espera para infraestructuras necesarias o proyectos en curso.

El nuevo Govern del PP ha cimentado sus pilares sobre Economía, Turismo y Educación. Son las pruebas de fuego actuales a partir de la realidad socioeconómica de Balears. La presencia de Josep Ignaci Aguiló en la vicepresidencia económica y de Rafael Bosch en Educación, ambos con probada solvencia en sus respectivas materias, parece dar rédito y profesionalidad a sus departamentos. En cuanto a Carlos Delgado, al frente de Turismo, con el añadido de Deportes, tiene el enorme reto de recuperar la credibilidad de una conselleria que en los últimos años ha padecido las consecuencias de gestiones desnortadas y de los coletazos de varios casos de corrupción. Su experiencia previa en un municipio tan simbólico en el ámbito turístico como Calviá es un buen aval para afrontar la renovación de nuestra principal industria, con asignaturas pendientes tan relevantes como la transformación de la Platja de Palma y otras zonas emblemáticas.

Llama poderosamente la atención la presencia de una única mujer en el gabinete. Es todo un retroceso en materia de paridad con respecto a lo mucho que se había hecho y legislado sobre la materia en esta Comunidad. Limitar en la persona de Carmen Castro, sobre la que recae el trascendental ámbito de la Salud y el Bienestar Social, toda la presencia femenina en el Ejecutivo ha causado estupor incluso en las filas del PP.

Otro elemento llamativo es la unificación de Agricultura, Medio Ambiente y Territorio en una sola conselleria. Son tres materias de grueso calado para unas únicas manos, mucho más si se tiene en cuenta que su titular por sorpresa, Gabriel Company, ya ha insinuado, de forma más o menos velada, que él sabe mucho de Agricultura y no tanto de ordenación del territorio, precisamente en un archipiélago castigado y complejo en esta materia.

Tras los nombramientos está también la reducción de la maquinaria administrativa de la Comunidad. Es un arma de doble filo porque, insistimos, no se puede renunciar a nada esencial en aras del recorte de gastos. La Administración autonómica dispone de profesionales y técnicos cualificados y solventes que en demasiadas ocasiones han estado relegados en beneficio de preferencias políticas. El reto está ahora en saber aprovechar este capital infrautilizado. Se verá si se sabe hacer a partir de mañana mismo, cuando se empiece a trabajar y se nombre a los primeros directores generales vitales entre tan pocos consellers.