Me pregunto por el secreto de El discurso del Rey, película correcta, con una historia interesante, bien interpretada, pero sin duda menor. Tal vez el secreto resida, justamente, en su ambición limitada y la sencillez de la anécdota, a la medida del gusto actual, poco dispuesto a lidiar con un relato ecléctico y complejo. Recuerdo que en la sala de cine la gente, con un perfil (me pareció) de clase media algo ilustrada, se reía sobre todo –como diciendo ¡toma ya!– cuando el profesor de logopedia se mostraba directo e irrespetuoso con el Rey Jorge VI. El ciudadano ahí se reafirmaba en sus derechos, ponía al Rey en su sitio. Astutamente el director rodea al Rey de majestad, lo imposta un tanto, para luego poder ofrecer al público el regalo de que el buen logopeda le dé algo de caña, y, como colofón, el feliz desenlace de que se hagan casi amigos. Un bonito cuento para tiempos de miedo.