Hay mil formas diferentes para que el próximo domingo catorce de noviembre las caras del informativo autonómico se despidan, de momento, para siempre de los pocos telespectadores del canal autonómico. En ellos recaerá toda la presión, si las cosas no cambian de aquí a entonces. Siempre dicen que las despedidas laborales son duras. Y si no que me lo digan a mí cuando me tuve que despedir de todos mis compañeros periodistas al dejar el gabinete de comunicación que dirigía o el día que me tocó despedirme de los radioyentes que seguían mis informativos mediodía en una emisora de radio local.

Pero, volviendo al tema que nos atañe, el de IB3, es una pena que el canal autonómico creado con todo el ahínco del mundo tenga que esfumarse de esta manera tan ruin. Parece que a los gobernantes de nuestras instituciones se les han olvidado las palabras que pronunciaban años atrás cuando estaban en la oposición. "Yo daré estabilidad a los trabajadores de IB3". ¿Qué estabilidad? – Me pregunto. La de no moverse de las listas del paro en un par de meses, en los mejores casos o en años, en los peores. Y lo más deplorable es que los que se llenaban la boca de dar soluciones ahora están jugando con los trabajadores que se limitan día tras día a cumplir con sus obligaciones laborales. Les han utilizado de marionetas para sus artimañas políticas sin ellos darse cuenta del percal en el que se metían.

"El modelo de gestión del PP está siendo un fracaso total" pregonaban algunos allá por el 2007. Y yo me pregunto. El de ahora, ¿no lo ha sido? En tres años de legislatura, dos directores generales. Y detrás de cada elección, intereses partidistas. Unos intereses que han sido los que han movido el timón de IB3 convirtiendo una televisión de servicio público en una televisión al servicio. Obvio.

Y a partir de hoy, ¿qué? ¿Seguimos manteniendo con nuestros impuestos una televisión que ha perdido su razón de ser? Si no hay informativos, apenas nos quedan programas de producción propia y compramos unas pocas películas. ¿Qué sentido tiene seguir manteniendo este proyecto? Para mí, ninguno. Bueno, sí; para algunos seguir manteniendo el despilfarro de dinero. Ahora quizás se planteen un nuevo cambio de logo. En fin, kafkiano. Después del corte publicitario sabremos qué pasa con IB3. No se vayan. Volvemos enseguida.

*Periodista