El ciudadano se pregunta si en la Administración de Justicia se trabaja mucho o poco; evidentemente depende de la carga de trabajo de cada lugar y depende de otros factores (que el Juzgado esté bien dotado de personal y que éste permanezca a tiempo en el mismo etc…). Pero la pregunta no es si se trabaja "más" o "menos", sino si se trabaja "mucho " o " poco".

Todos los integrantes de la Administración de Justicia tienen la sensación de que trabajan mucho; y sin embargo, la Administración de Justicia española deja mucho que desear y sufre unos retrasos que calificamos un día de intolerables.

¿Cómo se entiende esta contradicción, y cómo se puede dar una solución satisfactoria y barata? Creo firmemente que no se trata de hacer inversiones millonarias en lo personal y ni en lo material. Se trata de dar regularidad al trabajo, ya que en todos los escalones se trabaja mucho y se trabaja poco. ¿Por qué? Porque se trabaja a borbotones. No hay que olvidar lo que se hace, porque la materia en la que se trabaja es más proclive a ello; pero ello no es suficiente, ya que es preciso asumir que es, no ya beneficiosa, sino imprescindible la regularidad.

En definitiva, estimo que si cada uno de los miembros que integran la Administración de Justicia trabajan sin excepción seis horas diarias, no habría problemas en la gran maquinaria de la Justicia.

Ya sé que hay jornadas en las que se trabaja mucho más de seis horas, pero creo que no se debe trabajar así. A la Justicia española hay que dotarla, más que de medios personales y materiales, de método laboral.

Me atrevo a hablar de las retribuciones sin ser tachado de egoísta, porque ya estoy jubilado, pero desde luego un funcionario que en algún caso ha hecho una carrera universitaria y en todos los casos unas Oposiciones, debe ganar lo suficiente para mantener dignamente a una familia, sin necesidad de recurrir al pluriempleo o a las retribuciones del otro miembro de la pareja.

(*) Fiscal jubilado.