UM, los uemitas, están sumidos en plena tarea de refundación. No voy a insistir en el descalabro que significa para UM la imputación de sus referentes históricos, de sus máximos líderes, así como un número relevante de sus cargos públicos. Su nueva directiva, presidida por el tandem Meliá-Monjo, debe,en primer lugar, reconstruir su espacio político diferenciado; en segundo lugar, que los ciudadanos y sus votantes superen la imagen de UM como un partido de vocación bisagra, que un día pacta con unos y mañana con otros; y por último poner en evidencia, con palabras y obras, que UM no es una oficina de colocación. Tales tareas no son fáciles, especialmente a escasos meses de las próximas elecciones autonómicas y locales.

Mi opinión personal, por tanto de relativo valor, es que los uemitas tienen (o mejor, pueden tener) su propio espacio político diferenciado del PP (incluida su corriente regionalista, hoy a la baja) y también del PSM. Ello les obliga a definirse: ¿qué significa cuando se ubican en el denominado "mallorquinismo político"?; ¿son nacionalistas, autonomistas, una melangé?; cuando se autoproclaman liberales, dadas sus variopintas familias (incluido los neoliberales), ¿con quienes se identifican? Desde tal perspectiva resulta de interés su publicación titulada Far Um.

Tales autodefiniciones son complejas pero necesarias porque pueden condicionar sus posibles pactos postelectorales en el caso de ser precisos. Hoy tenemos un PP balear anclado en un conservadurismo puro y duro. Con los pesemeros es posible que compartan su carácter nacionalista pero no sus posicionamientos ideológicos, además de que no parece estar en el horizonte una coalición electoral cuyo eje básico sean las diversas variantes nacionalistas. Suma y sigue.

Se supone que todo partido político que se precie, incluido UM, tiene vocación mayoritaria, aunque su situación actual diste de tal desiderátum. Ninguna organización política puede (o al menos no debería) instalarse como simple bisagra. Entre otras tareas, si los uemitas pretenden una presencia cuantitiva y cualitativamente relevante en la Comunidad (¡no sólo en Mallorca!) le resulta imprescindible su extensión en las otras islas aunque sea a través de partidos "hermanos". Hasta hoy sigue siendo una asignatura pendiente, aunque exista en Menorca una organización incipiente.

Situándonos en el presente y próximo futuro, los uemitas deben recuperar militantes y votantes, mientras intentan mantenerse "equidistantes" de los populares y de los socialistas. Después de la debacle no es fácil reactivar a sus votantes históricos así como ampliar numéricamente sus apoyos. En la denominada Part Forana es muy probable que no pierdan electores, e incluso que aumenten su número. Donde tienen el problema es en Palma. La estructura política, sus militantes, sus redes sociales… fueron creadas, mantenidas y dirigidas por Miquel Nadal y Cristina Cerdó. Hoy todo el tinglado, revestido de clientelismo, ha quedado desmantelado. ¿Cómo reactivar a posibles electores, teniendo en cuenta que los "escándalos" uemitas han tenido su mayor impacto negativo en los ciudadanos y ciudadanas de Palma? Puede ser básico, para poder superar el 5 por ciento que les posibilite su presencia en Cort, la persona de UM candidato/a a Alcalde/sa de Palma. Debe ser una persona que no haya tenido relación de ningún tipo con el equipo anterior uemita en Cort, y que en lo posible tenga una cierta relevancia social. Tal mirlo blanco no es fácil de encontrar, dada la imagen no positiva todavía presente de UM, a pesar de sus esfuerzos.

Respecto a mantener la equidistancia de PP y PSOE, puede ser comprensible. Pero no debe confundirse con actuar como Don Tancredo. Los populares en las instituciones juegan al toma y daca. Los uemitas ¿cómo pueden facilitar en la gobernabilidad de las instituciones, actuando desde la oposición con propuestas constructivas que los ciudadanos perciban como eficaces?

Los uemitas fácil no lo tienen, las barrabasadas anteriores todavía están presentes en el imaginario ciudadano. Y es difícil convencer a los ciudadanos que la nueva UM es precisamente "nueva". Se la juegan, y no sólo ellos, en los próximos meses y en el dia D de las elecciones autonómicas y locales. La próxima y última entrega de esta serie estará dedicada a los miembros del Bloc, así como a sus ex.