Annus Horribilis fue la frase pronunciada por la Reina de Inglaterra tras el funesto 1992, en el que se hicieron cenizas las estancias del Castillo de Windsor y los matrimonios de sus dos hijos Carlos y Andrés, mientras se disparaba la venta de tabloides. A principios de 2009, Sebastián Escarrer utilizó la misma expresión para definir el año turístico que se nos venía encima, al igual que Isabel II, basándose en hechos tan reales como comprobables: la inflexión que sufrieron las cifras del turismo balear (-30%) en el último trimestre de 2008 debido, en primer lugar, a la crisis de nuestros mercados, con devaluación de la libra en un 30%, más la caída del PIB alemán y en segundo lugar a nuestra dudosa gestión autonómica; falta de coordinación en la promoción turística, así como problemas burocráticos y competenciales. Todo esto, y algo más, constituían la mezcla precisa para que Sebastián Escarrer firmara un impactante artículo, que nos mostraba el precipicio al que nosotros y nuestra ya única y principal industria nos dirigíamos.

Fue avanzando el año y, como la Reina de Inglaterra, comprobamos que las desgracias nunca vienen solas: una Semana Santa tardía acortaba la temporada, después la casi inexistente gripe A en la que se cebó el tabloide alemán Bild, dedicándonos portadas y más portadas hasta considerar el Balneario 6 como epicentro de la pandemia mundial y al turista centroeuropeo suicida por venir, o despilfarrador por comprar el billete de vuelta, mientras cada vuelo procedente de las islas, era recibido en Alemania con medidas excepcionales de profilaxis, incluyendo la mascarilla reglamentaria. En Inglaterra, The Sun, hacía lo propio, si cabe con mayor puntería, al ser alimento intelectual del turista más ramplón que nos visita. ¿Dónde están nuestros "hooligans"? exclamaban hoteleros, comerciantes, camareros, discotequeros, claveleras, trileros y prostitutas al asalto en las playas de Calviá al ver que el verano pasaba y no volvería a pasar. Pero hay administraciones que sí hacen cosas, por ejemplo, la inglesa, cuyos meteorólogos vaticinaron para su país el verano más calido de la historia, cuando resultó ser el más lluvioso, restando patrióticamente salidas al exterior. Después llegó la ETA, banda criminal y sanguinaria, con la que el gobierno ZP se empeñó en pactar, y así mientras unos se rearmaban, robaban explosivos y extorsionaban a empresarios, era nuestro propio Estado el que presuntamente les alertaba, para que no fueran detenidos; el caso "Faisán" no es objeto de este artículo, pero sí las bombas y los muertos que ese dinero huido dejó en Mallorca este verano. Para hundir del todo este mercado turístico, fragmentado por los nacionalismos, con persecución lingüística del español, idioma del 40% del turismo que nos visita, y otras paranoias –recuerden el caso Air Berlín– ¿por qué no una subida del IVA al sector, mermando más nuestra escasa competitividad, para regocijo de griegos, turcos, egipcios y croatas? Así no hay ni habrá dato turístico que aguante, sol y playa, golf, turismo náutico, cruceros, agroturismo... muestran caídas espectaculares, los precios de nuestras ofertas se derrumban y la recaudación final se estrella, pero no todo disminuye: el desempleo turístico crece de forma galopante y la delincuencia se dispara (+8,5%), y por supuesto la corrupción política, llegando a tener casi todas las instituciones sostenidas por imputados; desde la presidenta del Parlament hasta el mismísimo conseller de Turismo, señor Nadal (UM) por vender a 30 millones bienes públicos valorados en 60 para satisfacer intereses privados. Más recientemente, el señor Gabriel Vicens, conseller de Movilidad y Ordenación de Territorio (Bloc), se dedica a asaltar fincas privadas, como Ternelles, al frente de una manifestación, creando todos una imagen y una inseguridad jurídica más propia de países africanos, que alejará a cualquier inversor sensato.

A este paso los únicos turistas que nos van a quedar son nuestros gobernantes, haciéndose fotos todo el día, disfrutando del todo incluido y ajenos a la catástrofe.

Es obvio que al señor Escarrer le costará menos predecir el año turístico 2010 que elegir el título del consiguiente artículo: ¿qué tal un "Siguen sin enterarse"? Pero esta vez en castellano, porque en latín no lo pillan.

(*) Economista y miembro de la Coordinadora Territorial de UPyD Baleares.