Finalmente, tras semanas de reuniones en las que sólo se conseguía acordar una nueva cita, por fin, CEOE, CCOO y UGT han alcanzado un principio de acuerdo para desatascar el proceso del diálogo social, que estaba paralizado desde hace meses. Exactamente, desde el día en que las centrales y el Gobierno rompieron con la patronal, en vísperas de iniciar las vacaciones de agosto y cuando el Gobierno quería dejar resuelta la cuestión de los subsidios de 420 euros para los parados de larga duración que no percibieran ninguna otra ayuda.

Ahora, el presidente de la patronal, Gerardo Díaz Ferrán, ha asegurado que este principio de acuerdo alcanzado lo presentará hoy a la junta directiva de los empresarios y espera que quede ratificado por todas las partes esta misma semana. Según Díaz Ferrán, que asiste en Zaragoza al congreso anual del Instituto de Empresa Familiar, el acuerdo consiste en emitir un comunicado conjunto para que se desbloqueen los convenios que quedaban pendientes de firma en este año. "Se trata de evitar la conflictividad en un momento de crisis como el actual y de dar una primera señal de que somos capaces de alcanzar acuerdos", ha declarado el presidente de la patronal. Este principio de acuerdo se produce tras la aceptación por parte de los sindicatos de abordar una reforma laboral, hasta ahora rechazada por CCOO y UGT, y reclamada insistentemente por la CEOE.

La semana pasada, exactamente el viernes, los agentes sociales pactaron una negociación colectiva para los próximos tres años, dentro de un clima de "normalidad y cumplimiento de lo pactado". Y a cambio de esos convenios pendientes, unas cláusulas de moderación. Los sindicatos proponen una subida salarial entre el 1 y el 2 por ciento para 2010. Por su parte, el ministro de Trabajo, Celestino Corbacho ha afirmado su disposición a afrontar una reforma laboral, "para adaptar las demandas".

De manera que, tras el "apagón" que se produjo en julio, ha sido preciso que transcurriera todo un trimestre de "descongelación" del proceso, empezando por lo más urgente –convenios y moderación salarial–, y que parece que podría continuar por lo más trascendente: Una reforma del mercado del trabajo que pudiera facilitar, sobre todo, que los empresarios tengan toda clase de facilidades para volver a crear empleo con la mayor urgencia, una vez que las dos centrales sindicales levantaran el veto que han mantenido para abordar esa reforma pendiente. Los muchos millones de parados y la necesidad de salir de ese atasco parece que fuerzan las cosas para probar otros rumbos, y observar si con contratos nuevos es posible incrementar el mercado laboral, hoy tan decaído y demacrado...