Leire Pajín, imagino que sin querer, daba las claves de lo que iba a ocurrir en el esperado Debate sobre el Estado de la Nación; decía la número tres del PSOE que asistiríamos al catastrofismo del PP frente a la ilusión de PSOE/Gobierno. O sea: nada. Porque ni el optimismo ni el catastrofismo nos van a ayudar a salir de la crisis. Este es, como casi todos, un debate anunciado, previsible, repetido e inútil. Cada uno se va a enrocar en sus posiciones y Rajoy hablará de cómo ha dilapidado ZP la herencia que recibió del PP y ZP insistirá en lo del decretazo y los recortes de derechos que adjudica a las intenciones del PP. Es de esperar que también salgan a relucir Aznar y Bush. ¿Y algo más? Pues no, promesas de estudiar las casi siempre sensatas aportaciones de CIU y manos falsamente tendidas porque las recetas de unos y otros son diametralmente opuestas. Lo que si habrá es el anuncio de alguna nueva medida que al final será lo que ocupe las portadas de los informativos y la siempre absurda valoración sobre quien ganó el debate.

Para el Gobierno es prioritario aumentar el gasto público, no hablar de reformas laborales y subir los impuestos (ese puede ser el titular) a las rentas más altas. Para el PP hay que contener el gasto, es urgente una reforma laboral y sería necesario bajar los impuestos. Pero es que todo esto -lo de unos y lo de otros- dicho así, sin más, carece de sentido porque el gasto público es un concepto que abarca demasiadas cosas y habrá que mantenerlo -y hasta aumentarlo- en determinadas partidas y disminuirlo drásticamente en otras. La reforma laboral de la que no quiere oír hablar el Gobierno, es ya un clamor y nada tiene que ve con el despido libre; parece mentira que alguien que no se cansa de insistir en la necesidad de "cambiar el modelo económico" no entienda que para eso lo primero que hay que hacer es racionalizar el mercado laboral. Y bajar -o subir- los impuestos sin más, es igual que lo del gasto público: lo lógico sería estudiar que impuestos deben bajar y cuales hay que subir. Discutir todo eso en el Debate, sería lo razonable, pero no va a ser así entre otras cosas porque los dos partidos están más pendientes de ganar votos para las Europeas que de buscar soluciones a medio y largo plazo a la crisis.

Pero aquí seguimos haciendo frases que vendan en lugar de tomar medidas. Lo de "más ordenadores y menos ladrillos" no deja de ser una simpleza demagógica o, siendo generoso, una loable declaración de intenciones para una sociedad que no es esta de ahora y para un momento que no es el que vivimos. Y un detalle más: con los índices de fracaso escolar que tenemos, los ordenadores serían objetos de decoración. Falta lógica, coherencia, sentido común y responsabilidad. La clase política -y me atrevo a generalizar- está tan atrapada en los aparatos de los partidos, que reduce sus miras a lo inmediato, a la próxima encuesta del CIS o las siguientes elecciones, las que sean. A todos les preocupa mucho más conservar o llegar al poder que mejorar la sociedad. Vamos cambiando eso que se llamó "sentido de estado" por ambición de poder y así no hay forma. Para que una casa funcione mejor, sea más cómoda, más "habitable", es necesario esa maldición que todos conocemos: meterse en obras y respirar polvo, aguantar ruidos y pasar incomodidades; pero es la única forma porque tapar grietas sobre la marcha sale más caro y, lo peor de todo, es completamente inútil.