Lo han venido advirtiendo tanto Rodríguez Zapatero como Pérez Rubalcaba: A este jefe de ETA lo sucederá otro, y cada vez tardará menos en ser detenido y entregado a los jueces y a prisión. Es la suerte que espera a todos los dirigentes y a todos los terroristas de la banda ETA: ser detenidos y encarcelados. Y tan conscientes son de ello, que en los últimos días hemos conocido que un porcentaje altísimo de los presos etarras, más de un tercio de los más de setecientos reclusos etarras, son de la opinión de que "la lucha" ya ha dejado de tener sentido, y que esa guerra que vienen manteniendo casi cincuenta años ha dejado de tener razón de ser, por lo que más vale abandonarla cuanto antes.

Es decir, que en la dirección y en el seno de la banda ETA, hay de todo menos "moral de victoria". Estas consideraciones vuelven a tener actualidad por razón de la detención de Jurdan Martitegi Lizaso, alias "Arlas", detenido en Perpiñán (en el sur de Francia), y que era el actual "número uno" de ETA desde los arrestos de Mikel Garikoitz Azpiazu, alias "Txeroki", y Aitzol Iriondo.

De manera que se han sucedido en el mando con extraordinaria rapidez, y cabe suponer que otro tanto sucederá con quien releve a este terrorista... ¿Qué futuro tiene la banda? Ya vemos que muchos de sus militantes, sobre todo los veteranos, los de trayectoria más conocida y a menudo más criminal, han llegado a la misma conclusión, de que nada se puede hacer contra "los Estados español y francés", a los que en otro tiempo declararon "guerra sin cuartel".

Por fortuna, la decadencia de la banda se viene comprobando en esas detenciones sucesivas de sus jefes, pero también en su cada vez menor capacidad de cometer atentados. Nadie tiene la menor duda sobre la eficacia de las fuerzas de seguridad del Estado, que en las últimas horas ha felicitado efusiva y enfáticamente el presidente Zapatero, tras "el resbalón" del fiscal Pumpido de criticar la que consideró insuficiente colaboración de la policía con su departamento, ni tampoco de la felicísima colaboración de las fuerzas de seguridad del Estado español con sus colegas de Francia.

En estas grandes operaciones, como la detención ahora de Martitegui, los ministros español y francés han seguido los detalles de las detenciones al minuto... Definitivamente, cada vez parece menos probable que las cosas puedan cambiar en el sentido que a la banda le gustaría. Lo más probable es que sus brazos políticos, los batasunos y sus herederos, también ahora retirados de la circulación por la ilegalización que de ellos ha hecho la Justicia, busquen alguna fórmula para proceder a su retirada final, con la correspondiente entrega de las armas. Es muy probable que la inminente colaboración en el Gobierno vasco de socialistas y populares ayude definitivamente en esta vía final.

Se ha intensificado la colaboración internacional, se está cerrando el círculo de las colaboraciones ciudadanas, es decir, asociaciones a favor de los presos, ayudas a los familiares para viajar a las cárceles, cierre y control de las herrikotabernas, retirada de nombres de etarras en las calles de las localidades... Faltan unos cuantos detalles más, como el de retirar alcaldes y concejales en las "plazas ANV". Y estaremos viendo una Euskadi que apenas llegaron a soñar varias generaciones...

La noticia de que José Ternera regresa al mando de la banda para intentar un final dialogado abre la incertidumbre de si estamos abocados a una nueva negociación o si el propio Ternera es consciente de que aquella oportunidad se quemó en la Terminal 4 de Barajas, y sólo queda la entrega de armas y una cierta generosidad del Estado con quienes deseen reintegrarse a la sociedad pacífica vasca...