Empieza el gran cortejo de la seducción. Abro el diccionario de Saturnino Calleja y leo la definición que nos da de la palabra seducción: "Acto y efecto de seducir o engañar". Continúo, más abajo, y leo que seducir es "producir obsesión en el ánimo de alguien, engañar, cautivar, captar, cazar, conquistar, electrizar, engatusar, engolosinar, fanatizar, inducir, insinuarse, influir en el ánimo, instigar, persuadir, requerir." ¡Ay!, la sabiduría de las viejas letras. La seducción o el arte del engaño. Políticamente, se podría decir que es el arte de instrumentalizar al pueblo. Valentí Puig, en La fe de nuestros padres, lo ha definido como pilatismo: "Toda verdad es instrumental -escribe- porque la dictan las mayorías. Así se llega a la norma de no creer que pueda existir verdad alguna porque las mayorías son cambiantes. Manda la demoscopia y la verdad tangible no existe hasta que la última encuesta ha sido tabulada". Las verdades mutan, las convicciones se difuminan, la sociedad se atomiza. En última instancia, la fibra moral decae. Son consecuencias del relativismo cultural.

A tres meses de las elecciones empieza el gran cortejo. Z y Rajoy pugnan por el misterio bizantino que se sitúa en el centro. Por centro no entiendo el sentido común -una rara avis-, sino la capacidad migratoria de los votantes. Es importante que nada ofenda. Asunto: el aborto. Se abre un debate interno, pero no se llevará al programa electoral. Coitus interruptus de la banalidad, dialéctica de un Maquiavelo de segunda. La educación funciona -mal que PISA-; sólo se requieren parches. La derrota por etapas ante ETA es cuestión del pasado. Las velas se ponen a Dios y al diablo, mientras se tabula la conveniencia. Se les baja los impuestos a los ricos. Como medida socialista no me parece errónea.

Giremos el periscopio a la derecha. R de Rajoy, cultura notarial -mejor dicho, registral-, ya se sabe: sentido de la propiedad, derecha sociológica, Habano y Marca. Quitemos lastre: Zaplana, Acebes, Martínez Pujalte? Si se tabulara la química personal, ¿cuántos votos desaparecerían con Zaplana? Al alza, Ana Pastor -gallega laboriosa, figura neutra-, Gallardón -con reticencias aristocráticas-, Juan Costa -Rato bis, castellonense con deje del barrio de Salamanca-, Soraya Sáenz de Santamaría? Centrar, en lenguaje popular, significa no dar miedo, bajar decibelios, ofrecer seguridad? sí, registral. Es la economía, estúpido, dijo Clinton. Entre las ofertas electorales, 16.000 euros exentos en el IRPF. ¿Objetivo? Pensionistas y mileuristas. Se bajan los impuestos a la clase media baja. Como promesa de la derecha no me parece mal, aunque la curva de Laffer -a menos impuestos, más dinamismo y, por tanto, mayor recaudación- funciona sólo hasta cierto punto. R de Rajoy también lo sabe.

Revel escribió, en una ocasión, que la mentira es la fuerza que mueve la sociedad. Al negar el relativismo cultural la posibilidad de verdad, también la mentira miente de un modo definitivo, incluso formalmente. Un amigo me asegura que el pueblo tendrá que elegir entre un tonto y un malvado. Yo no creo que ni uno sea tonto ni el otro malvado. Más bien, se trata del arte de la seducción en la plataforma virtual de un power-point.