¿Por qué ha bajado Alonso al pozo Nicolasa? Parece un spot publicitario en escenario mítico, pero ¿será también otra cosa? En ese descenso al corazón de la mina puede verse un rito de paso, una iniciación simbólica, un misterio. Es un baño de tierra, una entrega, una promesa, no tan distinta, en Asturias, al culto a la Santina, en la cueva. De otro modo: un culto a los muertos en el punto de riesgo, en un lugar sacralizado por la muerte. También una vía de curación, en el claustro más íntimo de la solidaridad minera. La mina: un lugar donde el trabajo une; unión que explica su fuerza en la historia. La mina como antídoto frente al mal de la lucha fratricida (McLaren, 2007) y frente al desarraigo del glamour, que, huyendo de la tierra, nos hace levitar.