No son datos oficiales pero sí prestigiosos: el último informe Iberian Navigator del Deutsche Bank en el que analiza la situación del mercado de la vivienda en España predice un "ajuste inevitable" en el sector, con bajadas de precios nominales entre el 2% y el 8% a partir de 2008. Más adelante, los precios se estancarán durante cuatro o cinco años, hasta totalizar un ajuste del 20 al 25% al fin del proceso. Además, bajará el ritmo de construcción de nuevas viviendas, cuyo ritmo actual es calificado por la entidad alemana de "insostenible". Evidentemente, todo ello tendrá consecuencias en los grandes números de nuestra economía: incluso "una corrección ordenada" del actual sobrecalentamiento del sector debilitará el crecimiento español, muy vinculado a la construcción. Sin embargo, hasta estas predicciones pesimistas cifran el enfriamiento a medio plazo por lo que no es de esperar que influya en las inminentes elecciones generales: no tiene sentido pronosticar como hacen algunos que Zapatero adelantará la consulta a este mismo año para no tener que afrontar una crisis que nadie espera verdaderamente. La próxima legislatura sí será más delicada en el terreno económico. Para entonces, quien tenga a su cargo la política económica deberá demostrar que ha tenido éxito en el cambio del patrón de crecimiento.