UM tiene en sus manos las mayorías del próximo Parlament (por tanto la presidencia y composición del Govern), del Consell de Mallorca y del Ajuntament de Palma. Ahora, ¡mira por donde!, UM se ha convertido en el oscuro deseo de todo quisqui. Pero ¿en basé a qué deberían plantearse tales futuribles pactos? Como es lógico dependerá de la voluntad y capacidad de las partes que se sienten a negociar. Pero, básicamente, depende de UM.

UM puede plantear las negociaciones, y por lo tanto sus pactos, desde una simple perspectiva coyuntural, aprovechando su situación de fuerza. O puede hacerlo desde una visión estratégica, en función de los objetivos a medio y largo plazo del partido. Según cual sea su opción serán los contenidos del posible pacto, e incluso sus socios elegidos.

Si se pretende negociar un posible pacto desde la pura y dura coyuntura, UM intentará obtener el máximo poder político concretado sobretodo en "cargos" y áreas significativas de gestión. Desde tal perspectiva muy probablemente el PP, dada su situación de orfandad y diciendo digo donde dijo diego, le puede ofrecer el oro y el moro. El peligro de tal planteamiento para los uemitas es que puede ser pan para hoy (incluido el jamón) pero hambre para mañana. El pacto coyuntural con el PP puede significar el abrazo del oso para UM. Sin duda le puede significar áreas relevantes de poder, pero tendrán difícil configurar y trasmitir su proyecto político autónomo y diferenciado. Les guste o no el PP de Balears, desde distintas tácticas (a las buenas y/o a las malas, con mayor o menor finezza) y desde los gobiernos dirigidos por Cañellas, ha pretendido fagocitarlos. No se olvide que con el nuevo Estatut el President puede disolver el Parlament.

Si UM, más allá del actual liderazgo (espacial y temporal) de M.A. Munar, pretende consolidar un proyecto autónomo a medio y largo plazo deberá plantearse los posibles pactos desde una perspectiva distinta. Hay personas relevantes de UM (y de sus entornos) que están planteando el orientar el partido desde un modelo similar a CIU en Cataluña, con sus lógicas diferencias. Un partido nacionalista moderado de talante centrista que, al menos en teoría, tiene capacidad política de pacto con los partidos fronterizos. Más aún, tal tipo de proyecto no puede depender casi en exclusiva de un liderazgo personal, por muy relevante que éste pueda ser. Pero, además, si en un momento político determinado no tiene poder en las principales instituciones de la Comunidad, su trayectoria política sigue viva. En otras palabras, no sólo es un partido que tiene sentido si tiene poder, y si no lo tiene se autodisuelve.

Si UM tiene un proyecto de futuro, aunque no resulte fácil, muy probablemente deberá plantearse la búsqueda de socios sólidos en cada una de las islas. Difícilmente UM puede quedar reducida a Mallorca. Si es así, el posible pacto debería incluir su implicación activa en el próximo Govern balear. Como contrapartida sus socios también deberían comprometerse en el gobierno del Consell, y no limitarse a darle apoyos desde el Pleno. En el Ayuntamiento debería reconocer su situación minoritaria, aunque sea imprescindible su apoyo. Si así fueran el talante y contenido de los pactos, éstos no se limitarían a un cambio de cromos, léase cargos, propio de un mercado persa.

En cualquier caso no resultarán fáciles tal tipología de pactos por su novedad y por su relativa complejidad. También los otros partidos deberán cambiar sus xips y sus tics, porque lo que se propone no es una simple reproducción mimética del Pacte de Progés. Desde tal perspectiva resulta muy difícil que el socio estratégico de UM pueda ser el PP, porque el proyecto político popular (aún siendo distinto) puede resultar fronterizo en la conquista del centro y centro-derecha.

En estas negociaciones, además de la gobernabilidad, está en juego un cambio de rumbo imprescindible para nuestra Comunidad, así como unos nuevos modos y formas de gobernar. Pero también puede estar en el alero el futuro de UM, más allá del actual liderazgo de Munar que, como es lógico e inevitable, tiene fecha de caducidad.