n En una cena de las que el diplomático acostumbra a afrontar con estoicismo que a menudo se toma por frivolidad le comenté a una dama muy puesta y enjoyada, esposa esplendorosa de un próspero profesional, que Ortega afirmaba que España era uno de los pocos países del mundo en los que todavía se discuten cuestiones de hecho. Me espetó un "no te preocupes, ya veo que no eres nada chuminista; yo tampoco" que me dejó un tanto "alfombrado"; supuse que quiso decir chovinista, de quien exalta desmesuradamente lo nacional frente a lo extranjero, pero dijo lo que dijo y ya no estoy seguro de si hubo más ignorancia que malicia. Lo peor es que nunca lo sabré: por falta de curiosidad, por exceso de oficio o por meros gajes de la edad provecta, que un conocido denomina "edad proyecta".

Otra señora algo tontina, pero tan rica, chuminista y chovinista ella, acostumbra a mentar las maravillas de sus martas "sibilinas", que nada tienen de misterioso, pero sí mucho de caro y más de maravilloso, sobre todo si se sabe que la patriótica dama vive casi todo el año en el caluroso Sur, dónde maldita la falta que hacen las martas cibelinas o cebellinas. Lo misterioso es que el diccionario de la RAE, en su afán por ilustrar, afirma que el adjetivo viene del francés "zibeline" o del italiano antiguo "zibellino", pero añade "y éstos, del ruso sobolj, marta", que en ruso no lleva jota y, para colmo, se pronuncia "sobal", de manera que quedamos ilustrados pero un tanto desconcertados con la etimología.

El marqués de Tamarón ha dedicado parte de su tiempo a recoger algunas perlas generadas por infecciones lingüísticas, que no ostríferas, como aquel famoso "deliberando groserías" del latino de Nueva York dedicado a la tarea de andar "delivering groceries". También nos ha explicado que la película "Vestida para matar", protagonizada por esa bellísima actriz cuyo nombre inolvidable no consigo recordar, era en realidad una mala traducción de "dressed to kill", con lo de "kill" en sentido metafórico de deslumbrar.

El Real Decreto 749/2001, de 29 de junio, establece las características mínimas que deben cumplir las bocas de hombre e inspección de las cisternas de carburantes, pero he sido incapaz de encontrar en el diccionario de la Real Academia el significado de "boca de hombre". En cambio, sí define certeramente "tontina" como "operación de lucro, que consiste en poner un fondo entre varias personas para repartirlo en una época dada, con sus intereses, solamente entre los asociados que han sobrevivido y que siguen perteneciendo a la agrupación". El nombre se lo dio el banquero italiano Tonti, que de sibilino debía tener mucho, pero de tonto ni un pelo.

Melitón Cardona es diplomático.