La jugadora mallorquina de baloncesto vivió ayer una jornada emotiva con el homenaje que se le rindió en su pueblo, Binissalem, con motivo de la medalla de plata que consiguió en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro con la selección española. La alero, que milita en el Ekaterinburgo ruso, llegó el pasado martes de Brasil para pasar unos días de vacaciones con su familia, aunque ayer tuvo un día ajetreado con el reconocimiento que le hicieron sus vecinos y los representantes del Ajuntament de Binissalem y del Govern.