Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Análisis

No se puede pedir más

Tras más de dos meses lesionado en una zona sensible del cuerpo, y más para un tenista, y después de un maratón de partidos en los que se ha tenido que emplear a fondo hasta el último punto, tanto en individuales como en dobles, a Nadal no se le puede pedir más. Y él no se puede exigir más de lo que ha dado. Abandona Río como lo que es, un campeón de los pies a la cabeza. Su presencia engrandece los Juegos, por su entrega, ambición y la pasión que exhibe cada vez que entra en una pista de tenis. Competidor nato, nunca se da por vencido. Perdió ante Del Potro de la misma forma que podría haber ganado. Y ayer, ante Nishikori, plantó batalla pese a que estaba mermado físicamente por la paliza del día anterior. El balance de su regreso es esperanzador. Ha jugado a un gran nivel y la muñeca no se ha resentido de tanto ajetreo. El mejor Nadal todavía está entre nosotros. A disfrutarlo.

Compartir el artículo

stats