El arquero gallego Miguel Alvariño ha cumplido por la vía rápida con la que puede calificarse como su mejor jornada en la prueba de tiro con arco de Río 2016. El de As Pontes, que aspiraba a firmar su mejor día en los Juegos Olímpicos se ha deshecho del francés Lucas Daniel sin mucho esfuerzo al vencer por tres sets un duelo que apenas ha durado veinte minutos. El deportista de 22 años, que acude por primera vez a los juegos olímpicos, accede así a los dieciseisavos de final.

Precisamente, a través de su cuenta de Twitter, proclamaba ayer su deseo de completar una clasificación que hiciese olvidar el sabor agridulce que le dejó su debut en el Sambódromo -tras la ronda de clasificación acabó en el puesto 44º - y la posterior eliminación del equipo español ante Holanda: "Mañana (por hoy) toca gastar la última bala que tengo en la recámara. No puedes poner un límite a nada. Cuanto más sueñas, más lejos llegas"

Desde que cambió el fútbol por el arco tuvo siempre muy claro cuál era su sueño: disputar unos Juegos Olímpicos. Desde que lo descubriera su entrenador Manuel Buitrón convirtió su hobby en una forma de vivir. Pero es él el que marca sus tiempos. Incluso declinó la opción de mudarse al Centro de Alto Rendimiento para quedarse en su As Pontes natal, junto a su familia. "Creo que si estoy en el CAR me iría peor. Allí sería uno más", decía un Alvariño que no se siente uno más. Él es el dueño de su destino.