­A Rudy Fernández siempre le han gustado las cosas difíciles, es de esos jugadores cuya ambición les permite conseguir grandes resultados con los factores en contra. Algunos aspectos reflejan ese don, como su característico tiro en suspensión cayendo hacia atrás con el defensa pegado a él que tantos ´2+1´ y ´3+1´ han provocado. Con su 1´98 podría haber tenido una carrera mucho más cómoda como escolta, pero sus ganas de ayudar y ser un exterior completo le han llevado a defender a jugadores mucho más fuertes y altos que él, tanto en Euroliga como en competiciones FIBA con la selección española.

Serán los cuartos Juegos Olímpicos de Rudy Fernández. Quién se lo iba a decir al joven que metía triples en la pista del colegio Sant Josep Obrer de Palma. A sus 31 años es probable que llegue en buenas condiciones a la Tokio 2020, pero en Río será su última oportunidad de competir con jugadores como Pau Gasol, Juan Carlos Navarro, Felipe Reyes y tal vez José Manuel Calderón. El objetivo es repetir final ante Estados Unidos a pesar de las bajas Marc Gasol o Serge Ibaka. Solo Francia y Serbia podrían dejar a España sin la final que todos desean. Si se cumplen los pronósticos, Rudy volverá a verse las caras con la estrella de la NBA Kevin Durant, el hombre que le defendió en la cita olímpica de 2012.

No ha sido la mejor temporada de Rudy. Sus eternos problemas de espalda (jugó mermado todo el Eurobasket 2015) provocaron que en diciembre fuese operado de una hernia discal que le mantuvo sin jugar tres meses y medio. Volvió para el tramo decisivo de la temporada, aunque no pudo aportar mucho en los cuartos de final de la Euroliga ante el Fenerbahçe de Obradovic, conjunto que endosó un 3-0 a los blancos. Donde sí estuvo entonado el alero fue en los playoff de la ACB, especialmente en el tercer y cuarto partido de la final contra el Barcelona.

Una campaña algo gris, pero cerrada brillantemente con un título. Desde que empezó el año, agosto está en la mente de Rudy Fernández. Tiene un idilio con las citas olímpicas, ya que debutó con la selección en Atenas 2004 y fue el máximo anotador nacional en la histórica final de Pekín 2008. En 2016 va a volver a pelear por el oro. Estados Unidos no va con los mejores, pero a pesar de ello son temibles con Kyrie Irving, Klay Thompson o DeMarcus Cousins a la cabeza. Rudy lo tiene todo en contra, pero en su mente está la victoria. Ese deseo de vencer que le ha colgado tantas medallas en el cuello será su arma.