Cuando Aitor Gabilondo, artífice de éxitos como 'El Príncipe' y 'Patria', escribía el guion de 'El silencio', su nueva serie para Netflix, no lo hizo pensando expresamente en Arón Piper. Pero cuando vio que podían contar con él para dar vida a Sergio, ese chico que lleva seis años sin abrir la boca (desde que tiró a sus padres por el balcón), no tuvo dudas. "Tiene una presencia física muy rotunda, de la que nos nutrimos mucho para la historia", reconoce. El actor que se dio a conocer con 'Élite' ya estaba acostumbrado a personajes al borde del abismo, como demostró en 'El desorden que dejas'.

¿Cómo surgió la idea de hacer una historia tan perturbadora como la de 'El silencio'? 

Aitor Gabilondo: Me interesaba contar una historia sobre un hecho violento y cómo reaccionan una serie de personajes a partir de él, cómo pretenden entender al protagonista y prever su futuro comportamiento. Al observar al personaje de Sergio vamos retratando a los observadores más incluso que al propio objeto de la observación.

¿Se asesoró con profesionales? 

Aitor Gabilondo: Sí, hablé con algún psicólogo y con algún psiquiatra para tener la base del perfil psicológico del personaje. Por ejemplo, el silencio genera mucha angustia en la persona que está esperando respuestas y no las obtiene, te llena la cabeza de fantasmas, de inseguridad, y es también una manera de dominación.

Sergio, el protagonista, no es un personaje fácil para un actor. ¿Qué ha sido lo más difícil de interpretarlo? 

Arón Piper: Lo más complicado es ser capaz de entender, al menos superficialmente, lo que hace al principio de la serie. Y estudiar un poco el trastorno del narcisista compulsivo. Al final, cuando el ser humano cree firmemente en algo es capaz de hacer cualquier cosa. Por eso, por ejemplo, van los soldados a la guerra. El fin justifica los medios. Así que puedes llegar a entender a alguien así si crees firmemente en ello.

Sergio es un personaje que habla más por sus ojos, con su expresión facial, que por las cosas que dice. ¿Se ha sentido cómodo con un personaje así?

Arón Piper: Muy cómodo. A lo largo de mi vida creo que muchas veces me he comunicado mejor así que con las palabras. Y luego, a nivel profesional, ¡pues menos que estudiar!

La situación que vive Sergio, rodeado de las cámaras de los psiquiatras que le están observando, recuerda a 'Gran hermano'. Aquí, además, sin él saberlo.

Aitor Gabilondo: Esa era un poco la idea. El potencial peligro de esa persona justificaba legalmente el ser observado. También te preguntas hasta qué punto eso también es violencia.

Arón Piper: Es una pérdida de la intimidad absoluta. ¡Tiene cámaras hasta en el baño!

Aitor Gabilondo: Está la obsesión por el control que quieren ejercer sobre él. Así que te preguntas si lo que hace es algo que lleva dentro o es una reacción a todo lo demás.

Arón Piper, en 'El silencio'. LANDER LARRAÑAGA / NETFLIX

Arón, ¿por qué cree que le suelen dar tantos personajes de chicos problemáticos? Le pasó en una de sus primeras películas, '15 años y un día', y también en la serie 'El desorden que dejas'.

Arón Piper: No lo sé... Será por cómo soy yo. La verdad es que estoy cómodo en ese registro, pero también estoy abierto a hacer de monaguillo (ríe).

¿Cómo fue volver a coincidir con Manu Ríos? En 'Élite' tenían unas cuantas escenas tórridas juntos, y aquí sus personajes no se pueden ni ver.

Arón Piper: Fue muy guay. Me parece un muy buen actor y nos entendemos bien a la hora de currar y en lo personal, así que ha sido un placer.

Bilbao es casi un personaje más de 'El silencio'. ¿Por qué escogieron precisamente esta ciudad?

Aitor Gabilondo: Hay una parte de enganche emocional porque es mi tierra. Yo soy de Donosti, aunque he vivido en Bibao. Pero no fue por eso. Al principio no teníamos claro dónde rodar. Queríamos algo oscuro y, al pasear una noche por Bilbao me di cuenta de que tenía un aire como bostoniano, con unos edificios muy distintos los unos de los otros, sobre todo en la parte central. Nos permitía generar una especie de gran anfiteatro ahí en medio, con las Torres Isozaki, que tuvimos claro que tenía que ser ahí. 

Arón, hace nada estaba de gira europea, promocionándose como cantante. Es más conocido como actor, pero el Goya al que ha estado nominado fue por la música de la película '15 años y un día', no como intérprete. ¿Renunciaría a un faceta artística por la otra?

Arón Piper: A día de hoy te diría que me quedo con la interpretación, porque llevo más de 10 años trabajando en ello. Es un terreno en el que estoy más cómodo que en la música, donde profesionalmente llevo dos o tres años. ¡Pero quién sabe en un futuro! Además, se pueden compaginar perfectamente, así que mientras pueda lo haré.