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HBO despide a David Simon, creador de 'The Wire', por su apoyo a la huelga de guionistas

Sin el responsable de éxitos como ‘Generation kill’, ‘Treme’ o ‘Show me a hero’ no podría entenderse la televisión de calidad del presente siglo

El guionista y escritor David Simon. EPC

Sin piedad alguna. HBO, que tanto le debe a David Simon, acaba de despedir al escritor, creador y productor de series esenciales de nuestro tiempo como ‘The Wire’, ‘Generation kill’, ‘Treme’, ‘Show me a hero’, ‘The deuce’, ‘La conjura contra América’ y ‘La ciudad es nuestra’ por haber apoyado a la huelga de guionistas estadounidenses. Así las gastan los estudios y plataformas que dominan el audiovisual en pleno siglo XXI. ¿Quién va a generarles ahora series tan buenas como las citadas? ¿No es la huelga un derecho fundamental en casi todos los países civilizados? Ayer pudimos ver imágenes del actor Rob Lowe sumándose a la causa y conversando con algunos de los huelguistas que se manifestaban frente a la entrada de los estudios Paramount. Christopher Nolan y su hermano Jonathan –creador y productor de las series ‘Vigilados. Person of interest’ y ‘Westworld’– también se han solidarizado con los huelguistas y se han fotografiado con los carteles de ‘writers guild on strike’. ¿Van a dejar de estrenar ‘Oppenheimer’ por este acto de ‘indisciplina’ de alguien que, como Christopher Nolan, es guionista también de sus películas?

Hace 15 años ya hubo un conflicto similar que en el campo de la serialidad televisiva tuvo un efecto casi inmediato: algunas de las producciones programadas entonces pasaron de 20 o 24 episodios a la mitad a causa de la huelga de escritores, y ese formato, el de 10, ocho o seis capítulos, es el que manda en la actualidad. Simon es un buen ejemplo de autor que se había adaptado antes a las circunstancias: ‘The wire’, estrenada en 2002, tuvo 60 episodios divididos en cinco temporadas, a una media de 12 cada una de ellas. Pero siendo esto importante, lo que define a Simon es su capacidad ‘shakesperiana’ para crear personajes, situaciones, entornos, tramas y subtramas de una escritura hasta entonces nunca vista en el medio televisivo, y que, en general, esas series, definieran la realidad estadounidense como pocas lo han hecho: drogas, escuchas policiales, los efectos del huracán Katrina, la creación de la industria del cine porno, políticas locales, guerra de Irak y corrupción policial. 

Sin Simon no podría entenderse la televisión de calidad del presente siglo. Y, sobre todo, el prestigio adquirido por HBO en cuanto a las series más innovadoras. Ahora se lo cargan de un plumazo por apoyar el derecho legítimo de los guionistas –Simon lo es, por encima de todo– a pedir sueldos más dignos y una mínima estabilidad para poder desarrollar su trabajo. Porque es verdad que aunque los guiones no sean hoy de hierro como los quería Billy Wilder, sino que cada vez son más maleables y durante las fases de rodaje y montaje de una serie o una película se admiten todo tipo de cambios, que son los que dan forma definitiva a la obra, sin un guion de partida no hay nada.

“El día que los de HBO me llamaron para suspender mi contrato después de 25 años escribiendo televisión para ellos, yo estaba haciendo lo correcto”, ha escrito Simon en su cuenta de Twitter. HBO hizo un buen tránsito de la televisión por cable al ‘streaming’ gracias a las series de Simon, entre otras producciones. Veremos si el encallecido escritor que, en su etapa de periodista acompañó durante 12 meses en las actividades de la unidad de homicidios de Baltimore, experiencia de la que surgió el libro ‘Homicidio, un año en las calles de la muerte’, antecedente directo de ‘The wire’, calla, otorga o contraataca. El resto de las compañías se han mostrado igual de beligerantes con los guionistas en huelga. En todo caso, para Simon y HBO es el triste fin de una época prodigiosamente lúcida y creativa.

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