Estreno de serie

Crítica de 'Prime target': un disfrutón 'thriller' de enigmas para nostálgicos de 'Alias'

Leo Woodall ('The White Lotus', 'Siempre el mismo día') encarna a un improbable genio de las matemáticas que se convierte en centro de una conspiración

Leo Woodall (Edward Brooks) en una imagen de 'Prime target'

Leo Woodall (Edward Brooks) en una imagen de 'Prime target' / Apple TV+

Juan Manuel Freire

'Prime target'

Creador: Steve Thompson

Dirección: Brady Hood

Reparto: Leo Woodall, Quintessa Swindell, Sidse Babett Knudsen

Países: Reino Unido / Estados Unidos

Duración: 50 min. (ocho episodios)

Año: 2024 

Género: Thriller 

Estreno: 22 de enero de 2024 (Apple TV+)

★★★

Después de conquistar en 'The White Lotus' como fraudulento ligue de Haley Lu Richardson y de mostrar profundidades inesperadas en 'Siempre el mismo día', el ascendente Leo Woodall ya es principal reclamo de una gran producción: 'Prime target', 'thriller' conspirativo financiado por un par de pesos pesados como Ridley Scott y Arnon Milchan.

El actor sale de su zona de comfort, la del guaperas con dobleces, para encarnar a un brillante graduado en matemáticas que, además, luce copete y músculos envidiables. Su Edward Brooks, gran promesa de Cambridge, nada menos, debe ser el 'nerd' más improbable desde el Chris Hemsworth hacker de 'Blackhat: Amenaza en la red', pero al menos en la serie se hace referencia a esa improbabilidad desde el primer episodio, en el que dos personajes coinciden en señalar que Ed "no tiene pinta de mates". Incluso Woodall ha admitido, en notas de producción, no tener nada en común con su personaje, algo que solo le impelió con más fuerza a aceptar el proyecto.

Es decir, le apetecía, además de aparecer remando y ligando, poder sacar su Will Hunting interior y dedicarse a garabatear fórmulas extrañas en pantalla. Edward lleva tiempo dando vueltas a un complicado proyecto secreto: aspira a conocer los secretos del universo mediante la búsqueda de patrones en los números primos. Línea de investigación que, por algún motivo, irrita sobremanera a su nuevo tutor, Robert Mallinder (David Morrissey), casado con una historiadora, Andrea (Sidse Babett Knudsen, protagonista de 'Borgen'), que hace avanzar a Ed en su búsqueda cuando le muestra las imágenes de una cámara subterránea del siglo IX que quedó al descubierto tras una explosión de gas en Bagdad y que podría ser una biblioteca legendaria. 

En breve vemos a nuestro héroe sentirse perseguido por fuerzas invisibles, una entidad anónima a la que no hace ninguna gracia que pueda encontrar una secuencia capaz de abrir cualquier ordenador del mundo, de romper cualquier código. La trama hace colisionar a Ed con Taylah Sanders (Quintessa Swindell, sobrina de Sigourney Weaver en 'El maestro de jardinero'), agente de la NSA con la misión de observar a matemáticos que podrían hacer peligrar la seguridad digital. Cuando esta última se vea obligada a ir por libre, unirá fuerzas con Ed para entender la conspiración que rodea al joven prodigio matemático

Un ermitaño asocial

Estamos ante el típico y siempre disfrutable caso de "gente condenada a entenderse en una situación límite". Taylah se maneja muy bien con las personas, pero Ed es un personaje bastante asocial, ermitaño, al que conocemos evitando las atenciones de una amiga que quiere ser más que eso, amiga, y cuyas formas con sus líos de una noche podrían ser mejores. No busca nuestra simpatía ni acaba de encontrarla, lo que resulta interesante, igual que la decisión del guionista Steve Thompson ('Doctor Who', 'Sherlock') de no definir la sexualidad de Ed ("no soy nada", le dice al camarero con que conecta brevemente) en lugar de hacerlo simple 'womanizer'.

Para el citado Thompson, que ha escrito los ocho episodios, 'Prime target' es algo personal: él mismo se graduó en matemáticas y a principios de los noventa enseñaba la materia en una escuela de secundaria británica. Con la serie, parece querer recordarnos que fórmulas y poliedros no son ningún rollo, sino un triple salto mortal al infinito. El director Brady Hood ('Top boy', 'Grandes esperanzas') sale airoso del desafío de estilizar procesos, muchos de ellos frente a una pantalla, poco cinematográficos. Él mismo firma también los ocho episodios. Con tanta cohesión autoral, casi podríamos definir esta serie como la consabida 'película larga', de no ser por un detalle importante: en ella se cultiva a conciencia el noble arte del 'cliffhanger'.

Casi todo lo que hemos dicho invita a pensar en una serie, digamos, seria, pero en realidad 'Prime target' es una versión que se ve y escucha del más lúdico 'best-seller' playero, con la clase de atajos argumentales y giros casi ridículos que eso conlleva. Todo ello, unido a su frenética acción trotamundos, ha devuelto a este cronista a la memoria el 'thriller' de espionaje más loco de la historia de la televisión: 'Alias', famosa creación de J. J. Abrams. En cualquier momento parece que alguien vaya a sacar de un maletín los planos de algún artefacto perdido de Rambaldi. 

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