Era una de las series más esperadas, no ya del verano, sino de todo el año. Y ya la tenemos aquí. HBO Max estrenó el lunes por todo lo alto 'La casa del dragón', la precuela de 'Juego de Tronos'. El final de aquella pudo dejar a más de uno traumatizado, pero lo cierto es que, tres años después, casi diez millones personas en todo el mundo vieron el primer episodio de la nueva serie. Por lo pronto, el estreno de la precuela tuvo más espectadores de los que tenía en su día la propia 'Juego de Tronos' en el arranque de sus temporadas. Y es de esperar que la cifra haya ido subiendo después. Audiencias que demuestran que, a pesar de los berrinches de algunos, había ganas de más. Como si los fans hubieran perdonado las ofensas del pasado y regresaran suplicando que volviera la magia. Como calentamiento, HBO ya había colgado unas semanas antes todas las temporadas de 'Juego de Tronos' al completo en 4K para calmar el gusanillo y captar a nuevos fans.

En la serie original, era habitual que nos partieran el corazón matando a algunos de nuestros personajes preferidos. Tras mucho cabreo y perjurar que no volveríamos a ver la serie nunca más como protesta, una semana después todo el mundo estaba como un clavo frente el televisor pidiendo más. Que mataban al protagonista... ahí volvíamos todos los lunes al sofá esperando ansiosos una nueva dosis, tras pasar la semana llorando. Una sensación de dejà vu que volvimos a sentir con la Boda Roja. A pesar del maltrato emocional, siempre volvíamos a la semana siguiente. A lo largo de todas sus temporadas, 'Juego de tronos' nos hizo sufrir mucho, porque logró que nos encariñáramos con sus personajes y que nos importara lo que les pasara. Para algunos, la traición de Daenerys (Emilia Clarke) fue como la gota que colmó el vaso. El cabreo fue mayúsculo. En aquella ocasión, como ya no iba a haber más, no sabíamos si la pataleta iba en serio. Pero tres años después, descubrimos cómo seguimos volviendo.

'La casa del dragón' partía con un importante escollo antes de su emisión. Se trata de personajes totalmente nuevos. Una pizarra en blanco con la que tenemos que volver a conectar emocionalmente. No sabemos si llegará el invierno, o veremos el Muro y la guardia de la noche. No conozco la novela en la que se basa, pero seguro que el plantel de personajes y de escenarios es mucho más limitado. De entrada, no hay tanto material publicado. Contamos con un único libro, que tendrá continuación en un segundo volumen que aún no ha visto la luz. Esto me suena. Y antes de que alguien se pregunte cuándo saldrá, el propio George R. R. Martin, creador de la saga literaria, ya ha dicho que no lo leeremos por lo menos hasta después de que termine 'Vientos de invierno'. Sí, ese sexto libro de 'Canción de Hielo y Fuego' que llevamos esperando desde hace no sé cuántos años. Tampoco sería descartable que, en el camino, al escritor se le ocurrieran ideas para tres novelas más y la cosa se alargara y se alargara. Por lo pronto, los retrasos de Martin como escritor no parece haber inmutado a los responsables de HBO. Ya vieron en su día que no necesitaban los libros publicados para que el show continuara. Esta misma semana han anunciado la renovación de la serie para una segunda temporada. Mientras siguen en marcha otros proyectos y spin offs.

La banda sonora nos ha ayudado a no olvidar que seguimos en Poniente. Algunas escenas han puesto la carne de gallina, al escuchar sintonías que evocaban los tiempos más gloriosos de la serie madre. Para dirigir el episodio piloto se ha contado con Miguel Sapochnik, responsable de algunos de los mejores episodios de 'Juego de Tronos', para garantizar una continuidad de la fórmula, pese a que D. B. Weiss y David Benioff, ya no son los showrunners (y a quienes se quemó en la hoguera por el polémico desenlace).

La nueva serie es una precuela, que nos cuenta algo que no pudimos ver en la serie original por su amargo desenlace: La dinastía Targaryen sentada en el Trono de Hierro. En aquellos años de reinado, ser albino lo petaba y ver a un dragón volando por el cielo formaba parte del paisaje. Y se sabía perfectamente lo que iba a pasar si sus dueños gritaban eso de "Drakarys". En el trono se sienta Viserys Targaryen (Paddy Considine) que, al no tener un heredero masculino que sentar en el trono, nombra sucesora a su única hija. ¿Qué puede salir mal? Imaginamos que todo. Entre los miembros del clan del pelo plateado, parece que hay una profecía en torno a la figura de la khaleesi. Pobrecitos, si supieran. Estaríamos en el equivalente a las precuelas de 'Star Wars', donde vimos los tiempos dorados de los Jedi y su trágica caída. La serie nos contará la historia del declive de la casa Targaryen y los acontecimientos que acabaron con su exilio.

Sabiendo la de psicópatas que se mueven por la Corte, ya nos tememos que el nombre de la heredera no hará mucha gracia otros candidatos (y candidatas). Bien porque optaban a colocarse la Corona, o bien porque recelan de que una mujer se siente el trono. Aunque la veda de cuchillos puede que no se abra tan pronto como nos tememos. La joven actriz que hemos conocido en el episodio piloto como la futura heredera (la australiana Milly Alcock) será sustituida por otra (Emma Darcy) en cuanto su personaje se haga adulto. Algo que podríamos ver ya en el capítulo de este lunes. Matt Smith promete ser otro de los grandes villanos de la serie. Su personaje de Daemon Targaryen ya ha hecho exhibición de sus dosis de crueldad en el primer episodio.

'La casa del dragón' ha vuelto a recordarnos que estamos en un mundo brutal, donde la vida vale muy poco y la muerte acecha en cada esquina, aunque nos han prometido que las dosis de sexo y violencia van a ser más light esta vez. No sé si la cumplirán pero el episodio piloto ya ha tenido más de un momento impactante. Como en 'Juego de Tronos', igual cualquier semana nos encontramos con que han matado a nuestro personaje favorito. Lloraremos, nos cabrearemos y la semana siguiente volveremos a estar allí para seguir sufriendo.