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La crítica de Monegal: Junqueras y Vaquerizo coinciden: fe y dogma

Fueron los primeros invitados del programa ‘Encuentros inesperados’ de Mamen Mendizábal

Oriol Junqueras y Mario Vaquerizo.

El éxito de un programa como ‘Encuentros inesperados’, que acaba de presentar Mamen Mendizábal en La Sexta, va a depender del contraste, la rareza, que consiga en la selección de personajes que van a sentarse juntos a la mesa. Eso ya lo demostró hace 17 años atrás Julia Otero con su programa ‘Las cerezas’ (TVE1). Una noche de enero de 2005 –aquí se lo conté– consiguió machihembrar en el plató, juntitos, a Esperanza Aguirre y a Pasqual Maragall. ¡Ah! Llegó a ser tan intenso el ‘approche’ que acabaron cogiditos de la mano, Pasqual recitándole aquel verso de su abuelo ("A l’hora que el sol se pon / bevent al raig de la font..") y doña Espe, subyugada, se derretía por momentos. Ahora también Mamen ha logrado instantes muy sugerentes en su primera entrega. Concretamente entre Mario Vaquerizo y Oriol Junqueras.

Han conformado un ‘duetto’ sorprendente. Ambos han descubierto que tienen un punto existencial que les vincula y les compenetra: su profunda religiosidad, su devoción cristiana, su enorme y enraizada fe. Hasta tal punto se han identificado estas dos almas, aparentemente tan diversas, que en un momento dado Mario Vaquerizo, impresionado ante la defensa de la fe por encima de la razón que estaba haciendo el líder de ERC, se levantó y corrió a estampar un cariñoso beso en la mejilla de Oriol, imagen que ha tenido mucho éxito y que todo el mundo habla de ella. Fue muy interesante conocer la íntima convicción de Junqueras acerca del papel del ser humano en el Universo. Decía, valorando la oratoria, la transmisión oral, muy por encima de la palabra escrita: "Los dos grandes fundadores de la cultura occidental optaron por no escribir nunca nada: Jesucristo y Sócrates" y añadió "La fe es creer, es no pensar. Es una dimensión distinta de la razón (..) ¡Y el dogma es la protección contra la inseguridad!".

¡Ah! Qué síntesis más analizable –sobre todo políticamente– la que nos ha deparado Junqueras. Que la influencia oral es muy superior a la escrita lo viene demostrando la tele desde hace tiempo. No pensar es básico, estamos de acuerdo. Incrustar imagen y sonido en los cerebros, al servicio de un relato, anula el razonamiento y acrecienta la fe. Y el dogma, que es lo que no puede ponerse en duda nunca, y está prohibido cuestionarlo, ayuda a disipar balbuceos. ¡Ah! Así pertrechados el paraíso nos aguarda, no le den más vueltas.

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