Raquel Sánchez Silva ya está de vuelta de Honduras, la isla en la que ha estado presentando 'Supervivientes' un programa realizado en condiciones difíciles y extremas pero en el que se aprende a trabajar en situaciones muy diferentes a las de un plató.

La presentadora asegura sentirse bien porque su forma de transitar por la vida es no hacer daño a nadie, ni siquiera a quienes se lo han hecho a ella y afirma que cada día está más segura de que el tiempo pone a todos en su sitio. Aunque evita referirse directamente a la situación que vivió justo hace ahora un año cuando su marido Mario Biondo fue encontrado muerto en extrañas circunstancias en el domicilio que ambos compartían en el centro de Madrid, sí habla de cómo se siente y de que el daño cada vez es menor.

No guarda rencor a nadie, ni siquiera a su familia política que hizo saltar por los aires la buena relación que había a los pocos meses al hablar de irregularidades en la muerte del cámara de televisión y que acusaron a Raquel de olvidarse muy pronto de su marido marchándose con sus amigas y su madre a Ibiza, un viaje que sirvió como válvula de escape para ella y al que fue casi obligada por la gente que la quería como un intento de animarla y hacerla olvidar los malos momentos vividos.

Ahora Raquel es otra mujer que ha encontrado de nuevo el amor con Matías Dumont, del que prefiere no hablar porque considera que es su parcela privada que necesita reservar.

-¿Eres de las que se cuidan comiendo?

-Soy delicada de estómago y no puedo comer cualquier cosa rápida pero estas ensaladas están realizadas con productos buenos y frescos. Son válidas para cualquier "supervivientes".

-¿Comías bien en la isla?

-Comer comía, pero producto fresco y bueno no había. Estamos acostumbrados a tener a mano verduras y frutas y no nos damos cuenta de que eso no es tan normal.

-¿Cómo te cuidas?

-Comiendo muy bien, hice muchos programas de alimentación antes de que estuvieran de moda los programas de cocina. El objetivo era que la gente aprendiera a comer bien. Tenemos que poner un poquito de nuestra parte para comer bien y llenar nuestro depósito vital.

-¿Qué no falta en tu nevera?

-Verduras, ensaladas Productos frescos en general.

-¿Tienes antojo de alguna comida?

-La fruta sobre todo.

-¿Haces dieta?

-No, pero es que no me gustan los productos que llevan muchas grasas ni los fritos, hago mucho deporte. El chocolate me gusta pero tampoco me apetece comerme una tableta.

-¿Comida favorita?

-Unas lentejas en invierno y en verano gazpacho y ensalada.

-¿Te gusta cocinar?

-Mucho, lo que mejor me sale es la tortilla de patata y el gazpacho que salen bien por la materia prima que tenemos porque lo he intentado en Honduras y no sabe igual.

Las lecciones del público

-Has estado en la Feria del Libro con tu novela ¿cómo ha sido la experiencia?

-Supera con mucho el tema literario. Yo pensaba que la curiosidad morbosa podía mover a la gente y una vez más el público te da una lección y te dice no somos así, somos mucho mejores. Lo malo escasea y lo bueno abunda y ha habido gente que ha venido a abrazarme, darme un achuchón señoras contado sus problemas y nos hablábamos al oído. Ha sido muy bonito. Me acuerdo especialmente de una señora que rompió a llorar en medio de la caseta y me dijo es que no tengo Facebook, ni Twitter. Ha sido como una feria de encontrarme con la gente. La experiencia ha superado mucho el propio libro.

-¿Cómo has podido soportar este año?

-Apoyada en la gente que tengo más cerquita porque evidentemente todo se ha ido abriendo como una lechuga fresca porque al principio yo también necesitaba estar cubierta con mis hojas y mis hojas eran mis seres queridos, mi entorno más cercano y luego poco a poco todo cambia de forma natural que es como debe ser por muy tremendo y duro que haya sido todo los procesos son naturales. Hay que llevarlos y hacerlos con la calma y el tiempo que necesitan. Sigo pensando que el tiempo es el factor fundamental para todo lo que ha ocurrido y para todo lo que está ocurriendo.

-Pero la gente no ve que te vayas abriendo, hay envidias, celos, gente que no le gusta que te rías.

-No tengo esa sensación, al revés. Tengo una sensación tan buena y una respuesta tan cariñosa a lo mejor porque tengo tendencia a fijarme en lo bueno y no sólo tendencia sino que ahora es una obligación para mí y una forma de vivir. No hay sitio de verdad, mira donde estoy, el trabajo que tengo, las cosas que me rodean. Tengo tanta suerte, tengo trabajo, siempre hablando de cosas bonitas no puedo fijarme en lo malo porque es tan poco representativo. Cada vez es menos y ya casi nada.

-No te puedo creer. Hace unos días optabas por el silencio. ¿Cómo se puede estar callada ante una manifestación en Sicilia en busca de la verdad?

-No voy a hablar. Cada uno puede hace lo que quiera y respeto profundamente todo lo que el mundo necesite hacer si son sus necesidades. Veo las cosas de otra manera, huyo del circo mediático mi manera de comunicar tiene que ver con la alegría, optimismo y cosas bonitas y no me voy a bajar de ahí. Nunca voy a trasmitir dolor ni malos sentimientos, nunca jamás porque no va conmigo y además porque eso haría que me pudriera por dentro y la vida no es de hoy para mañana, ni siquiera de hoy para dentro de un mes o dos meses. Yo quiero levantarme dentro de 10 años y sentirme bien, que intenté hacer las cosas bien, que no insulté a nadie, que no hice daño a nadie, no critiqué y no fui agresiva y eso es lo que me quiero responder a mí misma dentro de mucho tiempo.

-Pero no eres de hielo.

-La gente sabe que no lo soy. Entiendo que el silencio no se entienda en un mundo en el que todo el mundo contesta y hace mucho ruido pero si la gente puede pensar que el silencio tiene que pensar en la frialdad debería de pensar que callar es mucho más difícil que gritar. Siempre lo ha sido y no por decirle al mundo soy muy humana, soy muy humana lo eres más. El tiempo coloca a todo el mundo en su lugar.

-¿En verano te relajarás?

-Espero que no porque eso significará que tengo mucho que hacer y que como empiezo a ver y sentir que como yo sentía y esperaba no puedo sentirme más agradecida por ello somos muchos los que pensamos que lo bueno pesa más.

-¿Con ganas de enamorarte?

-No hablo de ello porque eso es mi pequeña huerta que tengo que cultivar para alimentarme el resto de mi vida y es tan serio que pido a todo el mundo que comprenda, y más después de la experiencia que he tenido, que sea reservada.