El último programa de MasterChef ha traído muchas novedades. Los aspirantes han viajado al país vecino para aprender en la bonita Lisboa alguna que otra tradición gastronómica. Un poco perdidos al principio, los aspirantes del equipo azul aprendieron a cocinar los famosos y típicos Pastelitos de Belén, una receta secreta.

Algunos con más maña que otros consiguieron imitar este dulce tan típico. Pero no todo fueron viajes y buenos momentos. La hora de la verdad llegó con las nominaciones. En la prueba por equipos el peor fue el de Vicky, y el ganador fue el de Mateo, uno de los aspirantes más preparados de esta edición. Finalmente Vicky salvó a Milagrosa de la prueba de eliminación y Mateo decidió votarse a él mismo, provocando que Gonzalo se "autonominase" con él.

Las envidias y los "malos rollos" se han apoderado de los fogones, Gonzalo y Marina criticaron la forma de cocinar de Lorena. La prueba de eliminación fue un hervidero de nervios. Celia y Churra fueron peores aspirantes. Teniendo que elegir a un compañero del que despedirse Celia escogió a Marina y Churra, a pesar de que se quería despedir de todos, se decidió por Milagrosa.

Finalmente, Churra ha sido la elegida por el jurado para colgar su delantal. Triste se despedía del concurso y dejaba para siempre los fogones de MasterChef. La próxima semana los aspirantes cocinarán para las "fieras" del musical del Rey León y elaborarán un menú para aquellas personas que sufren una intolerancia a algún tipo de alimento como la harina, el huevo o la lactosa.