Nuria Espert (Hospitalet de Llobregat, 1935) interpreta todos los personajes del drama shakespeariano La violación de Lucrecia, obra que acaba de estrenar en Eivissa y con la que saldrá de gira por toda España. Desde el teatro, la aclamada actriz analiza otro lenguaje, el televisivo.

–¿Cómo surge el proyecto de llevar a escena este poema de Shakespeare?

–El proyecto surge después de La casa de Bernarda Alba, pero en realidad yo conocía ese poema desde hace muchísimos años. Me había impactado muchísimo desde que era jovencita y lo he ido leyendo a lo largo de toda mi vida. De pronto pensé que es lo que necesitaba en este momento para continuar esta carrera difícil y ya tan larga.

–¿Cómo se enfrenta una actriz a una obra en la que interpreta a los cinco personajes en la escena con una gran carga dramática?

–Midiendo el riesgo, sabiendo que va a ser complicado, buscando colaboradores estupendos que me han ayudado mucho, como el director, Miguel del Arco, y trabajando muchísimo. Yo creo que no he trabajado nunca tanto en un proyecto como en este.

–Estará en el Teatro Español desde noviembre hasta el 19 de diciembre. ¿Va a tener una larga gira y gran recorrido?

–Sí. Haremos un descanso después del Español, porque son treinta y tantas funciones seguidas. Muchas para un espectáculo tan físico, tan duro. Y después, a partir de enero empezará una larga gira e iremos a Barcelona en septiembre del año que viene.

–Las caras populares de televisión, sobre todo de las series, o cine llenan las salas cuando se lanzan al teatro ¿qué opina?

—La gente necesita un aliciente para salir de casa. Puede ser el nombre del autor, en menor medida el del director o gente conocida del cine, del teatro o de la televisión, alguien a quien tengas ganas de volver a ver.

–Es usted fan de varias series y también le interesa este mundo de la televisión, aunque no sea el suyo...

–Sí, cómo no. La televisión es un invento maravilloso, como el invento de la imprenta. Después como se use es ya otro cantar... Hay mucha basura en el mundo de la televisión, pero también me he comprado montones de libros que no valen nada, obras de teatro que no valen nada, películas que mejor que no se hubieran rodado... La basura no es culpa de la televisión, es culpa nuestra.

–¿Qué series sigue habitualmente?

–Sigo Mad men, Daños y perjuicios, con Glenn Close... y también alguna que otra serie española.