Profesional de largo recorrido y presidente de la Academia, cree que la televisión puede presumir de buena salud, "pero siempre bajo observación". Los hábitos han cambiado: del salón de casa, los contenidos pueden verse en el ordenador, el móvil o en el coche, "pero al fin y al cabo sigue siendo televisión", asegura.

–¿Nos encontramos ante una nueva era de la televisión?

–Estamos en un momento de profunda transición de la sociedad y los medios de comunicación, la televisión especialmente. Pero también aunque no hubiese una crisis económica global. La crisis es un acelerador. Hay un nuevo medio que es internet y las nuevas tecnologías han hecho que hayamos pasado de 6 a 42 canales. Eso produce una fragmentación de las audiencias y descoloca al mercado publicitario tradicional. Además de unos nuevos hábitos de consumo. Se consume tanta o más televisión, pero de modo distinto, más rápido.

–El presidente de Planeta, José Manuel Lara, augura que al final sólo quedarán dos o tres cadenas privadas de televisión.

–Informes de Deloitte apuntan que el efecto será que la publicidad se repliegue en torno a 3 ó 4 canales. TVE no tiene publicidad así que será entre las dos grandes y las dos pequeñas cadenas privadas. Baja la audiencia pero se mantiene la publicidad que, ante el desconcierto, apuesta seguro.

–¿Entonces las demás tendrán que buscar nuevas fórmulas de financiación?

–No está claro cuál será el modelo de negocio ni si sobrevivirán todas las nuevas emisoras. Los Gobiernos central y autonómicos cayeron en una proliferación de licencias. En Andalucía se dieron 233, en Cataluña 92... el resultado es que se han devuelto varias.

–Será porque la concesión de licencias de TDT se ha usado políticamente....

–Se ha politizado todo, desde el principio, el acuerdo lo tomó el último consejo de ministros de Aznar. Pero no es cuestión de un partido político, ahí está Andalucía.

–Así que no sabemos cómo acabará dibujado el mapa.

–Sabemos que hay un proceso de concentración de las cadenas y de las productoras y un desconcierto generalizado. Lo que es un espejismo es pensar que porque haya más canales habrá más trabajo.

–Y a mayor oferta, ¿peor calidad?

–No necesariamente. De entrada se brinda la oportunidad de mejorar la exposición de contenidos excelentes o buenos. Hay mejores programas de lo que creemos, escondidos en la parrilla o de madrugada. En segundo lugar, tener una segunda, tercera o cuarta cadena permite innovar y apostar por nuevos talentos.

–Pero hoy llevamos las noticias al minuto e incluso nuestras series de televisión favoritas en el bolsillo.

–Ha fenecido ver la televisión en el salón de casa y a la hora que quiera el programador, pero sea en el ordenador, el móvil o el coche sigue siendo televisión.

–Dígame, doctor, ¿cuál es el estado actual de la salud de la televisión?

–Es bueno bajo observación. Cada vez que ha nacido un nuevo medio de comunicación parece que vayamos a ir a los funerales del anterior y aquí estamos todos. Pervive el que sabe adaptarse.