Desde Sant Llorenç des Cardassar tomamos la carretera que va hacia Artà y Cala Rajada, y giramos por el Camí de Calicant, que está indicado, a la izquierda de una de las calles principales del pueblo. Nos hallamos en la calle de la Teulera. No dejamos esta carretera asfaltada, la Ma-3323, hasta algunos metros antes del punto kilométrico 5. Sin embargo, desde Sant Llorenç des Cardassar hasta este punto kilométrico existen numerosos lugares de interés. Por ejemplo, después del hito del kilómetro 9, a la derecha aparecen las cases de la possessió de Llucamar. Después del paraje de Llucamar aparecerá ante nosotros la montaña de Calicant, objetivo principal de este itinerario, y la cresta redondeada de los principales puigs del macizo. Un poco más adelante dejamos a la derecha el Camí de les Sitges. Junto al kilómetro 7 se encuentran las cases de Can Corder y, más a la izquierda, las de Can Truco. La carretera que comunica Sant Llorenç con Manacor por Calicant y Bellver discurre entre campos de cultivo y paisajes ondulados.

El camí de Calicant

Algunos metros antes del punto kilométrico 5, la carretera describe una curva a la izquierda y existe un pequeño margen de tierra en el que se pueden aparcar los vehículos. Al otro lado de la vía parten dos caminos, ambos señalizados. Dejaremos el de la izquierda, el Camí d’Infern, e iniciaremos la marcha por el Camí de Calicant, un ancho y suave camino de carro que tiene como compañeros, en sus primeros metros, a higueras, algarrobos y almendros. Pronto, a la izquierda del camino, nos sorprende un enorme pino; también abundan los espárragos. En unos pocos minutos nos situamos ante el pozo de Calicant. Conviene estar atentos porque puede estar cubierto de vegetación. Está a la derecha. El pozo tiene un brocal de planta cuadrangular y media docena de pilas. A su derecha hay una cerca con limoneros y nispereros. En el pozo de Calicant, que se halla a pocos metros de las cases, el camino se bifurca. Da igual por donde tomemos, porque el camino que hasta ahora habíamos seguido traza una curva a la derecha y conecta con el sendero que nace del pozo. Las casas de Calicant, que en su día constituyeron el centro de una antigua alquería musulmana, bien merecen una parada. Se levantan entre pinos y cipreses y las casas principales presentan un alzado de tres plantas. La etimología de Calicant es incierta y, en todo caso, muy antigua. Según el Corpus de Toponimia de Mallorca (Mascaró, 1964: 189), se trata de un nombre probablemente pre-romano, compuesto por dos radicales antiquísimos: cal (considerado pre-indoeuropeo) y cant, cuyo significado es ‘piedra’, también anterior a la romanización. Retomamos el camino, que baja al inicio para luego subir ligeramente, hasta que surge un camino hacia la derecha. La cresta redonda de la montaña de la derecha nos indica que estamos ante el Pa de Nadal (229 m). En pocos minutos llegamos a las cases de Cal Cus. Antes de detenernos frente a ellas, girémonos y obtendremos una vista diferente de las cases de Calicant y de sus campos de terreno cultivable. La de Cal Cus es una construcción rústica que se levanta a la izquierda del camino, pegada a él, con una cisterna al lado. El camino de carro describe ahora una suave ascensión, deja a la derecha las casas de Can Tafal, al fondo de un vial, y avanza con una pared a la izquierda y alambre a la derecha. Las chumberas, las higueras y los almendros están por todas partes. A la izquierda se levanta el objetivo de esta excursión, la montaña de Calicant. En unos diez minutos desde Cal Cus llegamos a la zona de les Piquetes. Las piques que dan nombre a estas casas, que podremos encontrar si nos adentramos por el camino que sale a la derecha del que veníamos, están tras un portillo de metal, el cual debemos abrir y dejar cerrado después, como lo encontramos. Están en mal estado de conservación, cubiertas de vegetación y tomadas por las ranas. Constan de varios compartimentos, de una fuente y de una mina que conduce al agua hasta las pilas exteriores.

El Coll Paredat

Desde la fuente de les Piquetes saltamos una reja de alambre que queda a la izquierda y caminamos por un terreno de algarrobos, siempre pegados al torrente, que queda a nuestra derecha, oculto entre zarzas y matas, con la única compañía de las ovejas. En pocos minutos, a nuestra derecha, hallamos una nueva verja, que cruzamos y nos deja al otro lado del torrente. El sendero avanza entre vegetación salvaje y salva el torrente en alguna ocasión más. El punto más importante lo hallaremos cuando el sendero gira a la izquierda y cruza el torrente por un marge de contención poco marcado. Un hito nos servirá para orientarnos; también algunas bolsas de plástico colgadas de los árboles, a modo de señal. Serán numerosas y de gran ayuda de aquí en adelante. Esta curva nos permite afrontar el complicado collado del Coll Paredat y dejar de lado la coma de la Figuera. Es un punto trascendental para realizar esta excursión. El camino adopta ahora la forma de un sendero de herradura, muy perdido, y avanza entre carriceras, por un aislado y agreste paraje que hace unos años fue pasto de las llamas. Es más que recomendable vestir pantalones largos, de lo contrario, las piernas sufrirán en este ascenso. También es muy importante no salirse del sendero, por lo que habrá que tener siempre a la izquierda el torrente del Coll Paredat. El sendero no se separa demasiado del torrente y va ganando altura por el centro del collado, por la base de la ladera que queda a nuestra derecha. De vez en cuando el camino exhibe el marge de contención a su izquierda, pared que en algunos puntos se ha derrumbado. Conviene caminar con cuidado, porque abundan las piedras sueltas. La ascensión se puede cubrir en unos quince minutos y nos deja en el Coll Paredat (375 m), invadido por los acebuches. El nombre de este coll proviene de una pared seca que cierra la ladera noroeste del coll, hacia las fincas de les Llenques y de Son Ferrers. En nuestra ruta hacia la cima de la montaña de Calicant no tenemos que pasar por esta pared, que queda ligeramente más baja que nuestra posición. A la izquierda se encuentra el puig d’en Tard (422 m) o d’en Sard y a la izquierda el puig de les Llenques (413 m). Nosotros seguimos subiendo, ahora por la ladera del puig de’n Tard. No hay camino, sino un tenue sendero, quizá marcado por las cabras. Gamones, cerrillo, matas y acebuches no dejan de incomodarnos. En unos diez minutos desde el Coll Paredat alcanzamos la cima redondeada del puig d’en Tard. Desde aquí ya observamos la cresta superior de la montaña de Calicant. A nuestra derecha pronto tendremos una bella vista sobre la bahía de Alcúdia y la península de Artà.

La cima dela montaña de Calicant

Desde el collet del puig d’en Tard atacamos la cima de la montaña de Calicant. La montaña está próxima, pero la travesía será incómoda, por el matorral que cubre toda esta zona. Nos tenemos que dirigir hacia la grada de rocas, donde buscaremos el lugar más apropiado para superar este peldaño rocoso. Ya arriba, veremos las estribaciones norte (476 m) y sur (473 m) de la cresta de la montaña de Calicant. La norte es tres metros más alta que la sur, aunque es en ésta donde se levanta el vértice geodésico, que distinguiremos desde la distancia. Tampoco es fácil caminar por la cima, ocupada por gamones, matas y cardos. Tras rebasar una pequeña reja de alambre llegamos a la cima de la montaña de Calicant, que goza de una amplia vista sobre gran parte de Mallorca y presume de unos despeñaderos casi verticales. Si el día es despejado las vistas serán excelentes. En días de niebla, esta excursión es casi prohibida. A pocos metros del vértice existe una caseta muy pequeña, ya sin techo y con la puerta destrozada. Desde la cima de Calicant bajamos por el mismo camino hasta el coll Paredat, por lo que volveremos a pasar por el pequeño coll culminante de la montaña de Calicant. En el descenso deshacemos el sendero de ovejas hacia el collet del puig d’en Tard y hacia su cima, para luego descender por la abrupta ladera hasta el coll Paredat. Una vez que hemos regresado al coll Paredat, deberemos buscar el sendero que usamos para subir hasta el coll desde les Piquetes. Como antes, no tenemos que salirnos del sendero, que ahora dejará a la derecha al torrente. El descenso, que nos ofrece unas vistas más agradables que durante el ascenso al coll Paredat, concluye en el torrente que ya conocemos. Desde les Piquetes hasta las cases de Calicant hay unos dos kilómetros que cubriremos en unos quince minutos.

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