Hoy, quietud. El aroma del bosque cercano invade la estancia donde me encuentro. Los poemas fluyen en silencio. Nada perturba el momento. Nada.

Estoy escribiendo un poema que trata de la felicidad, ese concepto tan ambiguo del que todo el mundo habla y es tan difícil de definir. ¿Qué es la felicidad? ¿Te sientes feliz? ¿Es la felicidad algo ajeno a ti, que existe sin ti? ¿Se puede comprar la felicidad como se compra una vaca? ¿Si eres feliz puedes trasmitir felicidad? ¿El hecho de buscar la felicidad te impide encontrarla? ¿Hay algún baremo para medir el grado de felicidad? Esta última pregunta lleva implícita que hay varias graduaciones de felicidad, es decir se puede ser feliz a secas o medio feliz, o felicísimo. ¡No sé!, dudo.

Lo que sí es verdad es que queremos ser felices. La felicidad en nuestras vidas es una fuerza que impulsa a vivir.

Yo soy feliz un día como éste: en la quietud de una estancia, rodeado del aroma de los pinos, con un libro abierto en las manos. Es una felicidad sencilla. Me supongo que en lo sencillo se encuentra la felicidad. Hoy estoy leyendo un libro muy interesante de Jordi Amat que se titula: ‘El fill del Xofer’. Un libro que es un vademécum del poder dentro del catalanismo en la época de la transición. Muy bien escrito, el libro disecciona los hechos que acaecieron en el universo catalán en la posguerra y los primeros años de la transición… Amat plasma a las diversas corrientes catalanistas del momento utilizando a un personaje muy controvertido, al periodista Alfons Quintá, ‘El fill del Xofer’. El padre de Quintá será durante años el chofer de Josep Pla y el joven Alfons utilizará la información que mana del entorno de Pla para medrar en la política y el periodismo de la época. Un libro imprescindible para aquellos que estén interesados en el tema. Jordi Amat, escribe bien, es ameno y sabe crear metáforas como por ejemplo: ‘la verdad siempre es parcial porque no se puede escribir todo a la vez’.

Una de las fuentes, para mí, de la felicidad es cocinar. Cocinar es el arte de la felicidad. Hoy he cocinado el arroz más sencillo del mundo. He hecho un sofrito de ajos, cebolla roja y pimiento blanco. Una vez pochado y salpimentado he agregado una taza de arroz bomba y lo he rehogado con el sofrito. Luego, le he añadido caldo (medido) de verduras hirviendo. Resultado: un feliz manjar!

No sé si puedo llamar felicidad a esto que me está ocurriendo hoy, pero intuyo que estoy cerca.