El día 1 de abril empezó la temporada de la langosta y unos días más tarde, el día 5, lo hizo la del atún rojo. La primera se alargará hasta el 31 de agosto mientras que la segunda lo hará hasta que se llegue al cupo máximo de capturas adjudicadas a Baleares (60.000 kilos), una cuota regulada por el Ministerio de Agricultura Pesca y Alimentación (MAPA) o, en su defecto, si no se alcanza esa cifra, hasta el 30 de diciembre. Se trata de dos especies con una notable aceptación gastronómica, si bien su comportamiento en el mercado de Mallorca es muy distinto. Además, la situación sanitaria actual, con su efecto negativo en las economías familiares y en la restauración, incorpora el ingrediente de la incertidumbre a la fórmula. 

Langosta

En 2020 fueron 76 las embarcaciones de artes menores que fueron a la langosta en Mallorca. Se capturaron 12.532 kilos de esta especie, entre langosta roja de ‘bou’ (227 kg), langiosta roja normal (11.322 kg), langosta grande (446 kg) y langosta roja muerta (535 kg). Cabe recordar que la langosta no tiene cupo asignado, si bien sí una talla mínima, que es de 9 cm de cabeza. El presidente de OPMallorcamar, Pedro Mercant, ha apuntado que “estos cinco meses que vienen son una incógnita porque la temporada estará marcada por el comportamiento del mercado, con todas las dudas e incertidumbre que ahora mismo hay sobre él por cómo va a influir la pandemia. En la lonja de pescado de Palma estamos preparados para cualquier escenario”.

Atún rojo

Tras años de prohibiciones y duras restricciones derivados de la mala situación de la especie, la pesca del atún rojo retornó en 2020. El atún rojo es otra de las especies estrella de la gastronomía, por su uso extendido, sus propiedades culinarias y su popularidad, y sin embargo su presencia en el mercado local es testimonial. Ello se debe a la falta de compradores, que provoca que buena parte de lo que se pesca en aguas mallorquinas se exporte a la península. En 2020 esa cifra llegó al 64%. El año pasado 27 embarcaciones pescaron atún rojo en Mallorca, pasando por la lonja un total de 51.919 kilos. Este año, la cuota máxima fijada para Baleares por el Ministerio es de 60.000 kilos y el número de embarcaciones censadas para su pesca roza el centenar, lo que no significa que todas ellas lleven a cabo esa actividad.

Pedro Mercant habla de la necesidad de potenciar la presencia de atún rojo local en nuestro mercado. “En Baleares apenas se consume atún rojo pescado en Baleares y pensamos que eso debe cambiar. Nuestro objetivo es revertir ese comportamiento. Nuestros esfuerzos se dirigirán a poner en el mercado el producto ya troceado para que, de este modo, los compradores le den un valor añadido que actualmente no tiene”, explica Mercant. “No es de recibo que el producto fresco de primera calidad como este tenga que ser exportado fuera de forma mayoritaria por cuestiones de manejo, y veremos si podemos revertirlo”.