“La tecnología puesta al servicio de la pesca, del armador y del medio ambiente”, así define el presidente de OPMallorcamar, Pedro Mercant, el sistema de arrastre pelágico, o puertas voladoras, que han empezado a instalar algunas de la trentena de embarcaciones de arrastre que faenan por el mar balear. En concreto, tres barcas de Maó (Menorca) y otras dos de Cala Rajada (Mallorca) han incorporado este sistema durante los últimos meses. 

Se trata de puertas de acero mucho menos pesadas que las tradicionales (pueden pesar hasta un 60% menos), que, denominadas voladoras, no son arrastradas por el lecho marino, sino suspendidas a unos metros del fondo. Su labor es idéntica a las tradicionales pero, a diferencia de ellas, reducen notablemente el consumo de combustible de la embarcación, permitiendo una disminución importante de emisiones de Co2y la minimización del impacto en el medio. “Con esta tecnología se impulsa la recuperación de los caladeros locales y se disminuye el impacto en el fondo marino”, asegura Mercant, quien añade que “es una buena noticia que haya armadores que se animen a implantar esta tecnología”.

La flota arrastre de Mallorca capturó en 2020, aproximadamente 1.800 toneladas de pescado y marisco. Las especies con mayor salida comercial son gamba, cigala, gerret, morralla y pulpo. La pesca de arrastre es la actividad pesquera más controlada de la Unión Europea a nivel legislativo. En Baleares, la proporción de kilómetros cuadrados de mar por embarcación es de, aproximadamente,900 km2/barca. Además, en los últimos cinco años el propio sector de arrastre ha reducido su actividad en un 20%, con paradas voluntarias como por decisiones de la UE.