No hay Navidad igual a otra, ni ilusión, ni magia comparable…y sin duda,  ninguna como la de este año. Durante este tiempo detenido nos hemos replanteado nuestras necesidades y deseos, algo tan tremendo ha venido para recordarnos que debemos disfrutar más intensamente y que gestos tan pequeños como encender una vela o que suene un villancico, te pueden pellizcar el alma.

Me gusta la Navidad, me ilusiona, me reconforta y este año, mi casa, más que nunca, se transformará por unas semanas en un lugar mágico. Basta con poco; un árbol iluminado, una rama decorada, una música especial, unas velas encendidas…. La naturaleza ofrece una gran variedad de adornos para una Navidad diferente. Árboles navideños sostenibles, regalos hechos a mano. El ambiente festivo de la Navidad crea una implicación emocional que debe ir más allá del objeto material en sí, es hora de buscar alternativas, decorar con significado, importa el que y el cómo, importa el medio y el fin. 

Conseguir una atmosfera navideña donde la esencia misma de la fiesta se manifiesta a través de esos elementos recuperados, sostenibles y auténticos. Adornos únicos, personales, íntimos, hechos desde el respeto, el cariño y la dedicación para reescribir una Navidad genuina y honesta… una Navidad personal, construida con las manos, con materiales diferentes y cotidianos, para disfrutar juntos de un ambiente especial y único, original y creativo.

Emerge una forma de consumir más reflexiva unida a una estética tranquila y honesta, en momentos de inquietud, queremos objetos, casas, ropa y hasta alimentos elaborados pacientemente y elegidos con mesura, una nueva sencillez artesana que nos apacigua, porque lo tangible nos proporciona seguridad.

Hemos necesitado algo muy grande para aprender a valorar lo pequeño, lo que dábamos por hecho, así que pese a tantas renuncias, algunas muy duras, esta Navidad nos ofrece la oportunidad de saborear las maravillas de lo cotidiano, de disfrutar intensamente de las personas… y de que un pequeño gesto como encender unas velas, vestir una mesa de fiesta o decorar un árbol de otra forma en este año tan distinto, transforme tu casa en ese territorio valioso dónde celebrar la vida, la salud y el privilegio de que haya gente que nos quiera.