El rape, de carne firme y pobre en espinas, es uno de los pescados más apreciados y de los másb adecuados para los niños. Rebozado, es un clásico muy aceptado. Pero además su suave sabor permite que quede apetitoso preparado de muchas maneras.

Una de ellas, poco conocida pero riquísima, es el rape con piña. Aunque pueda sorprender, la combinación de pescado y fruta no es nueva y desde el punto de vista dietético es una mezcla muy interesante. La fruta añade vitaminas, agua y fibra al pescado y éste aporta proteínas de alta calidad biológica haciendo que el plato sea más jugoso, nutritivo y digestivo.

Una buena idea para preparar el rape con piña es cocer el rape en agua aromatizado con pimentón -o sea, el famoso rape alangostado- y maridarlo con rodajas de piña, si es posible natural. Es una pareja ideal. Sobre todo si el rape, de buena calidad, está cocido en su punto, ni crudo ni demasiado hecho. Además, es un plato ligero y fácil que puede tomarse frío. Con una salsa elaborada con zumo de piña el plato será redondo. Como único inconveniente, el precio.

- Para preparar una sencilla salsa con zumo de piña basta con mezclar una mayonesa convencional a partes iguales con yogur y añadir zumo de piña natural.

- El rape, al igual que la mayoría de los pescados blancos, aporta una mínima dosis de grasa y no llega a las 100 Kcal/ 100 g.

- Su valor nutricional es similar a la de pescados menos cotizados como la pescadilla, la merluza o la bacaladilla.