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Entrevista
Karra Elejalde Actor

"Últimamente en el cine parece que sólo me dan papeles de abuelo"

El intérprete vasco presentó ayer, fuera de concurso, Kepler Sexto B, una peculiar comedia en la que interpreta a un quijotesco anciano que cree vivir en una nave espacial - «En el cine siempre me ha gustado tocar todos los palos», asegura el intérprete

Karra Elejalde, en el «photocall» del Muelle Uno. Gregorio Marrero

Zaida es una niña algo asocial que vive con su padrastro en un barrio pobre. Allí también pasa sus día su peculiar vecino Jonás, un viejo solitario, que pasa sus días refugiado en su mundo imaginario creyendo que su piso es una nave espacial: la Orión. Se cree que está en un planeta extraño y lejano, Kepler, y él es un astronauta de la NASA. Karra Elejalde incorpora a este peculiar Quijote galáctico en Kepler Sexto B, de Alejandro Suárez Lozano, presentada ayer en Málaga Premiere.

¿Cómo llega a Kepler Sexto B?

Me encantó el guión, ese mundo que había creado Alejandro Suárez Lozano en que la sociedad son los extraterrestres malos. La película invita a reflexionar sobre las dos franjas del ser humano más desprotegidas de todas, los niños y los mayores. Ahora hay niños que se suicidan por bullying, porque se ven feos o anoréxico, porque sufren abusos o malos tratos. Y los viejos viven en un mundo que les resulta más problemático por tanta informática, por no hablar de los que viven completamente solos. Mi personaje es un hombre desatendido que vive entre la indigencia y que recoge neveras y basura para cumplir una fantasía que tiene desde juventud, cuando era un manitas que trabajaba en un planetario: ser astronauta. Así que todo lo que le resulta hostil es extraterrestre.

¿Quiénes son para él esos "extraterrestres malos"?

El del agua, el de la luz, el que eliminó la asistencia social, el de Hacienda... Toda esa gente son extraterrestres malos y puñeteros, aparte de vecinos jodidos. Pero encuentra a una niña, una vecina nueva, que le hace pensar en lo que necesita. La niña necesita un abuelo, también un padre, y le ayuda a tratar con el mundo exterior, ese mundo hostil. Ambos se retroalimentan.

Es su particular Don Quijote de la Mancha, ¿no?

Claro. El mundo, para él, está lleno de molinos que para él son gigantes, sus enemigos. Kepler Sexto B también tiene homenajes a El Principito, a películas de ciencia ficción como Alien, a la literatura de Orwell... Y hay mucho de crítica social, pero muy bien escondida dentro de que es una fábula, una fantasía tras una poética triste.

La película también reflexiona sobre la desestructuración familiar y sus consecuencias.

Estos personajes no están atendidos como debiera: la chica no tiene madre, el padrastro no ejerce de padrastro y mi personaje es un tipo mayor sin nadie que le quiera. Es el reflejo de alguna de las tantas facetas que tiene la sociedad, tres personajes muy bonitos.

Se está convirtiendo en el abuelo del cine español, en ese personaje fantástico que en su día bordaron Paco Isbert, Fernando Fernán Gómez...

Me están haciendo más viejo de lo que soy yo de verdad, sí, últimamente me dan abuelos. Pero si en Ocho apellidos vascos me maquillaban para ser más viejo y en Vasil también. Después la gente me ve por la calle y me dice que soy más joven que en las películas.

Comparte protagonismo con Daniela Pezzotti, la niña de Kepler Sexto B, su compañera en este peculiar viaje espacial. Ella está empezando en esto y usted tiene una carrera ya aquilatada. ¿Cómo fue la colaboración entre ambos?

Hubo muy buena química entre los dos. O la hay o no la hay y en este caso la ha habido. Ella enseguida se fió de mí, se dejó aconsejar, y yo de ella.

Es usted un actor de largo recorrido, con películas como Airbag, La madre muerta, Alas de mariposa, Mientras dure la guerra u Ocho apellidos vascos en su currículum. Difícil encontrar a otro actor español en activo con algo semejante.

A mí es que siempre me ha gustado meterme en todas las cosas, tocar todos los palos que puedo. Yo me he hecho más popular con la comedia, que es algo que siempre reivindico porque es mucho más difícil de hacer, mucho más, por favor. Nunca se le dará un Óscar o un Goya a una comedia.

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