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Territorio vintage

Chanchullos en los Oscar: 'Shakespeare in love' y otras películas que no merecían premio

La comedia romántica protagonizada por Gwyneth Paltrow desbancó a 'Salvar al soldado Ryan' por presiones de Harvey Weinstein

Weinstein y Paltrow, recogiendo la cosecha de Oscar que se llevó ’Shakespeare in love’.

La que hoy es mayoritariamente considerada como la mejor película de todos los tiempos, 'Ciudadano Kane', no fue considerada por la Academia de Hollywood como la mejor película de 1941; sus miembros prefirieron otorgarle ese honor a '¡Qué verde era mi valle!' Ahora sabemos que en esa decisión influyó la campaña de intoxicación que el magnate mediático William Randolph Hearst llevó a cabo contra la obra maestra de Orson Welles –que hablaba veladamente de él, no precisamente bien–, y por eso resulta inevitable vincularla a la injusta victoria que 'Shakespeare in Love' protagonizaría décadas después. Tras esa olvidable comedia romántica de 1998 se encontraba Harvey Weinstein, que por entonces era el productor más poderoso de Hollywood y que aquel año no solo sobornó y extorsionó a los académicos, sino que también llevó a cabo una venenosa campaña de propaganda contra 'Salvar al soldado Ryan', sin duda más merecedora de la estatuilla. Obviamente, no hablamos de casos aislados. Al contrario, la historia de los Oscar es una sucesión de decisiones de difícil comprensión.

Corregir injusticias 

Uno de los motivos es el empeño de la Academia en usar los premios para corregir injusticias cometidas en el pasado. Si 'El mayor espectáculo del mundo' se impuso en 1953 a 'Solo ante el peligro' es probablemente porque los votantes se sentían en deuda con el director Cecil B. DeMille, y decidieron pagársela recompensando uno de sus peores largometrajes; Gary Oldman ya llevaba tres décadas demostrando su talento cuando finalmente obtuvo el Oscar por el plomizo drama político 'El instante más oscuro', en el que las prótesis y el maquillaje hacían todo el trabajo actoral; y Al Pacino tuvo que soportar el desprecio a sus magníficas interpretaciones en 'El Padrino', 'El padrino 2', 'Serpico' y 'Tarde de perros' antes de ganar la estatuilla –por sobreactuar como si no hubiera un mañana– gracias de' Esencia de mujer'.

¿Y qué decir de Martin Scorsese? El neoyorquino esperó 40 años antes de conseguir el galardón –por 'Infiltrados' (2006), una buena película, sin más–, y entretanto vio cómo la Academia ninguneaba sus trabajos más magistrales: hoy nos parece un chiste que en 1977 el Oscar no fuera a parar a una ficción tan revolucionaria como 'Taxi Driver' sino a una tan reconfortante como 'Rocky'; que el apabullante biopic 'Toro salvaje' fuera derrotado en 1981 por el histérico psicodrama 'Gente corriente'; y que todos los Oscar que 'Uno de los nuestros' merecía fueran a parar a 'Bailando con lobos', un western de tres horas que pesaban como 10. 

Ni Hitchcock ni Kubrick

A diferencia de Scorsese, Alfred Hitchcock nunca ganó el Oscar a la Mejor Dirección. Charles Chaplin, ojo, tampoco. Y tampoco Stanley Kubrick, que además vio cómo dos de sus trabajos más icónicos, '2001, una odisea del espacio' y 'Teléfono rojo: volamos hacia Moscú', eran derrotados en la categoría reina de los Oscar por los olvidables musicales 'Oliver' y 'My Fair Lady', respectivamente. La Academia, después de todo, siempre ha mostrado debilidad por los musicales–solo así se explica, por cierto, el triunfo de Chicago en 2002–, y también por los melodramas de época repletos de paisajes exóticos y lentos como la muerte por inanición, como 'Memorias de África' (siete estatuillas) y 'El paciente inglés' (nueve).

A los votantes, asimismo, suelen entusiasmarles las ficciones que hablan sobre Hollywood y el 'showbiz'; por eso 'The Artist' ganó cinco Oscar y, por eso, una película simplemente resultona como 'Birdman' se impuso en 2015 sobre una de las obras más extraordinarias de este siglo, 'Boyhood'.

¿Cómo es posible que una película genuinamente execrable como 'Crash' venciera a la gran favorita de 2005, Brokeback Mountain? ¿Por qué la ceremonia de 1995 dio el triunfo a 'Forrest Gump' y no a 'Pulp Fiction'? ¿En qué cabeza cabe que 'Paseando a Miss Daisy' ganara el Oscar a la Mejor Película en 1989 y 'Haz lo que debas' ni siquiera fuera nominada en esa categoría? ¿Cómo pudieron los votantes preferir Kramer contra Kramer a 'Apocalypse Now' y 'El discurso del rey' a 'La red social'?

Para responder, puede argumentarse que la Academia tradicionalmente ha valorado el cine conservador y decoroso más que el progresista y transgresor, y los mensajes simples frente a la ambigüedad moral. O puede asumirse que, en última instancia, el mérito artístico es algo del todo subjetivo, y que por tanto los Oscar están a merced de caprichos, estados de ánimo y gustos a menudo cuestionables. Tener esa obviedad presente sin duda nos ayudará a digerir algunos de los galardones que se anunciarán en la gala de esta noche.

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