Maribel Verdú, Medalla de Oro de la Academia Española de Cine, Premio Nacional de Cinematografía y 85 películas rodadas en treinta y tantos años de carrera, cumple mañana los 50 sintiéndose "mejor que nunca" y con muy buena salud mental, que es lo que le importa.

"Carpe diem es mi frase de cabecera y realmente la llevo bastante a cabo", dice la actriz madrileña en una entrevista con Efe, en la que confiesa que este 2020 ha sido "paradójicamente" el mejor y el peor de su vida: "Me han pasado cosas tremendas y cosas maravillosas; ha sido complicado y estupendo a la vez".

A Verdú la vida no le ha cambiado en lo esencial; sigue siendo un torrente de franqueza, divertida, abierta y "disfrutona", dice; si acaso, el cambio para bien.

"Los 50 me parecen muy significativos, es un número muy redondo, como me parecieron los cuarenta, que por cierto -dice en declaraciones a Efe- es el único cumpleaños que recuerdo, porque yo no soy muy de fechas, la verdad".

"Los 40 los recuerdo como muy bajita mentalmente y ahora me siento más segura, como más fuerte y mejor", confiesa.

Aunque reconoce que los cincuenta son "una edad importante", opina que, "cuando te pillan, como a mí, con una buena salud mental -que es la única que al final te hace sobrevivir o vivir más acorde con tu manera de entender el mundo, tu sentido del humor, y tus prioridades-, pues creo que estoy mejor que nunca, francamente".

En estos años de carrera ha acumulado cuarenta nominaciones a diferentes galardones, once de ellos a los Goya-desde 'Amantes' (1991) a 'Abracadabra' (2017)- que materializó con 'Siete mesas de billar francés' (2007) y 'Blancanieves' (2012).

La actriz, cinco veces nominada en películas que han optado a un Óscar, entre ellas, la ganadora 'Belle Époque', de Fernando Trueba, sigue teniendo una querencia absoluta por su país y por su ciudad, Madrid, donde vive con su marido, Pedro Larrañaga.

"Tengo una gran ambición, pero solo para encontrar cada día mi espacio de serenidad y encontrarme bien, pero no soy nada hipocondríaca, nada, cero, cero absolutamente, de hecho, a mí no me da miedo mi muerte; pero me aterra que muera mi gente querida y sufro más por los demás que por mí", afirma la actriz, que se ha "redescubierto" durante el confinamiento a causa de la pandemia.

"He hecho muchas, pero muchas, reflexiones acerca de todo esto que ha pasado y, al final, creo que esa palabra tan temida llamada incertidumbre se ha vuelto a apoderar de todos nosotros, y sigue ahí, no podemos olvidarla, realmente la incertidumbre es lo peor. No saber lo que va a pasar con tu vida, con los tuyos, es realmente duro", considera.

Carpe Diem

Habla, dice, desde el conocimiento de saberse "una privilegiada", aunque, igualmente, siempre intenta "relativizarlo todo" y pensar desde su posición afortunada que tiene de no haber perdido a nadie querido.

"Y eso que hemos estado cerca, pero no ha pasado finalmente; si este año tiene que afectar al resto de mi vida -asegura-, pienso sacar todo el aprendizaje positivo que me ha dado el confinamiento, donde la gente que más me importa me ha demostrado mucho y donde yo he podido demostrar también, incluso cosas que no sabía de mi".

Ni con 50, Maribel Verdú va a "repasar" su vida: "Yo no hago ese ejercicio, sé que la gente lo hace cuando acaba el año y tal, pero yo no, ni me planteo metas nuevas, ni me digo 'bueno, pues a partir de este año voy a hacer esto, o lo otro. Carpe diem es mi frase de cabecera y realmente la llevo bastante a cabo".

"La mochila tampoco la miro, la dejo ahí, con mis experiencias, mis vivencias y no suelo tirar de ella, es el hoy y el mañana literal, no un mañana que no sea cortísimo, inmediato", dispara.

Pero no querría que nada de lo ocurrido en su vida hubiera dejado de pasar. "Siempre le saco un significado y siempre le encuentro un aprendizaje y un seguir adelante; no me arrepiento de nada de lo que me ha pasado, nunca", concluye, tajante.

No desvela "el recuerdo más hondo y bonito" de su vida porque "es algo muy personal, que precisamente también ha pasado en este año", y se ríe muy cálidamente, sin revelar por qué.

Viene de una familia longeva, por parte de padre, y le gustaría vivir muchos años.

"Sí, por supuesto, siempre y cuando tenga salud, la mental y la otra. Pero sí, me gusta mucho la vida, soy muy disfrutona y me gusta mucho, mucho, celebrar la vida", remata la estanquera de Vallecas, la musa del fauno, la amante de la buena estrella, la madre y madrastra de cientos de cuentos, la amiga de Francis Ford Coppola, la vecina que ayuda, la sexy, natural y preciosa Maribel Verdú, que cumple 50. Feliz cumpleaños.