En el verano de 1791 un personaje desconocido se presentó en casa de Mozart y le encargó la composición de una misa de difuntos. El músico, acuciado por las deudas, con una salud cada vez más frágil y obsesionado por la idea de la muerte, dedicó sus últimos días a terminar esta partitura, pero no llegó a completarla. Así comenzó a gestarse el mito de una de las obras más célebres de la historia, sobre la que se han generado infinidad de relatos a medio camino entre la realidad y la ficción cinematográfica. Con documentos de primera mano delimitaremos dónde terminan los hechos y dónde empieza la leyenda.

Sesión a cargo de Eva Sandoval, musicóloga e informadora de Radio Clásica (RNE).