Una oda al tiempo es una coreografía flamenca sobre la contemporaneidad y sobre el necesario diálogo con la memoria. Plantea desde el flamenco una reflexión ética y artística sobre el presente. Se pregunta sobre lo que está pasando en el mundo actual. Revisa la luz y las inquietantes sombras que marcan nuestro tiempo. Habla de lo efímero, la eternidad y de la implacable irreversibilidad del tiempo sobre el cuerpo, el deseo, el arte y la vida.

Es una alegoría sobre el tiempo que vivimos, con sus posibilidades de felicidad, utopías, terrorismos, ataques a la igualdad, retrocesos de la democracia… Corren por su savia ideas de Platón, Margarite Yourcenar, Jorge Luis Borges, Pablo Neruda...., unidos por una profunda investigación sobre la ontología de la obra de arte.

Bailando desde la madurez y acompañada por cuatro bailaoras, cuatro bailaores y siete músicos, María Pagés explora la tradición cultural española; revisa los palos flamencos nutriéndolos con lo mejor de Goya, Picasso, John Cage y su visión del tiempo. Su trayectoria está marcada por el afán de innovación y aprendizaje.

En una escritura que trasciende la dramaturgia tradicional del flamenco, el ritmo que se busca en Una oda al tiempo es precisamente aquel que refleja su condición cambiante y polimorfa. Las secuencias coreográficas son rápidas, cortantes, y se hacen y se deshacen casi a la manera rítmica de un proyector de diapositivas. Se busca esa tensión constante entre el individuo y la comunidad, el círculo y la recta, el argumento y la abstracción, el silencio y la percusión.