Espectáculo en el que no hay un personaje de ficción, sino una persona de carne y huesos: el filósofo Sócrates. Un individuo incómodo a ojos del poder que acabará pagando esta osadía con su propia vida. La muerte de Sócrates, en el fondo, es nuestra muerte. Su condena no es más que nuestra condena cada vez que silenciemos o somos silenciados. Una condena que demuestra la debilidad de una sociedad falta de referentes y prieta de leyes y ordenamientos que desamparan el pueblo favoreciendo únicamente el propio sistema.

Ficha artística

Dirección y dramaturgia: Francesc Cerro-Ferran

Intérprete: Joan Carreras

Audiovisuales: Ivó Vinuesa

COMENTARIOS

Se ruega puntualidad