En el Ultrashow explico alrededor de unas 20 o 30 ideas o imágenes mentales, una tras otra y sin importar demasiado el orden. Dura aproximadamente una hora y veinte minutos y estoy solo en escena. Las ideas que utilizo en el espectáculo las selecciono del material de anotaciones y dibujos que elaboro a diario. Es un espectáculo cómico aunque las ideas no tienen porque ser cómicas en sí mismas. Para desarrollar determinadas ideas me valgo de imágenes proyectadas en una pantalla (dibujos propios, imágenes encontradas en Internet y fotografías hechas con el móvil). El tono del discurso puede ser vehemente (como el de un telepredicador o un líder totalitario), y en ocasiones se torna suave e informal (como el de un estudiante adolescente). Si bien llevo anotados en un papel los títulos de las ideas que quiero comunicar y explico el mismo material durante varios meses, Ultrashow es un monólogo con pasajes improvisados y divagaciones inesperadas, a caballo entre la conferencia y la pieza teatral. El Ultrashow comienza con un breve canto improvisado (cuyo contenido e incidencias comento inmediatamente después de haberlo cantado) y termina con la lectura de un texto de despedida autorreferente.