Que la música no conoce edades es una verdad que bien sabe Pablo Alborán, el músico que más discos vendió en España en 2011 y 2012, acumulando ya 28 de platino, ocho de ellos con Tanto, su último trabajo. En sus conciertos se juntan espectadores de varias generaciones, público joven y adulto, adolescentes y jubilados, que vibran en comunión con canciones como Quién, Te he echado de menos o Tanto. ¿Qué tendrá este chico que gusta a todos? DIARIO de MALLORCA ha querido conocer de primera mano la opinión de sus seguidores conversando con dos parejas divididas por su música y con dos de sus acérrimas fans.

Maria Roig, de 83 años, y Pedro Hernández, de 77, suman 56 años de matrimonio, toda una vida compartiendo pasiones, aunque no todas. Alborán les separa. Ella se declara una "enamorada" del cantautor andaluz y tiene la entrada para el concierto del Coliseo Balear desde "el primer día en que se pusieron a la venta", pero él prefiere "a otros clásicos".

"Yo soy más de Machín, de las rancheras y de Bonet de San Pedro", apunta Hernández. La decisión, pues, está tomada, y no acudirán juntos a la plaza de toros de Ciutat. "No iré porque soy muy celoso y tendríamos una pelea. Mi mujer está enamorada de Alborán, y ya se sabe, ojos que no ven, corazón que no siente. No podría aguantar viéndola cantar aquello de: ¡Quiero un hijo tuyo! Insisto, me pueden los celos", se sincera Hernández.

La "música moderna" sí va con Maria Roig. Bisbal, Bustamante y algunos concursantes de programas como La voz o Tú sí que vales están entre sus favoritos, pero es Alborán el que ocupa el puesto más alto de su podio. En su caso será la primera vez que acuda a un macroconcierto y aunque le hubiera gustado ir con su esposo, acepta y entiende que él no pueda "con el gentío, que le pone de los nervios".

"Pablo (Alborán) me encanta. Lo encuentro una persona muy cariñosa. Me gustan todas sus canciones. Tiene un estilo muy agradable. Nunca antes le he visto en directo, con 8.000 personas alrededor, y seguro que será una experiencia fantástica", reconoce ella, quien ya tiene elegida ubicación: "Me pondré por las gradas, bien sentada cómodamente, y quién sabe si me animaré a bailar", dice entre risas.

Bien arreglada y guapa

La seguidora más longeva de Alborán irá de la mano de Karla Carrasquillo, su nuera, una puertorriqueña de 33 años a la que tampoco quiere acompañar su pareja, Pedro Hernández Jr, de 45. "No todas las mujeres de la edad de Maria (Roig) van con taca-taca y hacen ganchillo. También las hay que van de conciertos, y la acompañaré por la ilusión que contagia", explica Carrasquillo.

"Claro que me arreglaré para el concierto. Me pintaré, elegiré un vestido bien guapo y si supiese le haría un retrato para regalárselo, pero mis pinturas van por otros derroteros", aclara Maria Roig, una aficionada al arte a quien también le gusta la poesía.

La "voz" de Alborán, su "modo de interpretar" las canciones y sus "buenas letras" harán que Carrasquillo viva una noche "inolvidable", a pesar de la ausencia de su marido, quien ejercerá de chófer: "Yo las llevaré en coche hasta la puerta de la plaza, pero no pienso entrar. A mí me gustan más Los Hombres G y tampoco soy amigo de las concentraciones multitudinarias", se excusa.

Alborán no sabe ni de edades ni de fronteras. Más que un fenómeno, es un huracán que puede con todo. Los integrantes de su Club de fans oficial en España, de reciente creación, lo saben bien. Su vicepresidenta es Laura Sánchez y persigue al cantante por toda la geografía insular. No faltará a su cita en Palma.

"Desde que le descubrí, en noviembre de 2010, le habré visto en más de quince conciertos. El público siempre cambia, pero la entrega y el talento de Alborán no dejan de crecer", asegura esta barcelonesa que viajará hasta Mallorca para acompañar a una buena amiga residente en la isla, Natalia Tur.

"Concibo los desplazamientos a las ciudades en las que toca como unas minivacaciones. Y siempre trato de ahorrar, aprovechando los amigos que pueda tener en esos lugares, para que el alojamiento me salga gratis", comenta.

Cuenta Laura Sánchez que la primera vez que le escuchó en directo fue en la sala El Loco de Valencia. "Fue un concierto como los de casa. Solo iba con su guitarra, pero fue tan cercano", suspira. "Imagínate cómo será el de Palma, con la banda al completo".

"Sus actuaciones -continúa- te transportan a otro mundo. El directo vale más que el disco. Son tantas las sensaciones que uno vive escuchándolo. Ver toda una plaza de toros cantando al unísono una canción como Solamente tu, pone los pelos de punta. Es muy emocionante".

Precisamente la humildad y la cercanía de la que siempre hace gala el artista son dos claves que citan sus fans para explicar el por qué de su éxito. "Es muy atento y siempre contesta a todo en Twitter", aseguran.

Tanto Laura como Natalia han tenido oportunidad de conocerle en persona. La primera, en varias ocasiones. "Hace ya un tiempo lo pasé muy mal por una enfermedad que padecí. A él se lo conté y siempre que volvía a verlo, se preocupaba por mí. Eso dice mucho de su persona. Puedo decir que es una especie de psicoterapeuta, porque con sus conciertos me he curado", confiesa.

A Sánchez no le sorprende que haya gente de más de 80 años que entone sus canciones. "En el club creo recordar que la mayor ronda los 86", señala. "Todo eso me encanta, lo que me desagrada es que los periódicos solo sacan en sus portadas a las niñitas que se pintan el nombre de Pablo en la cara. Su público es de todas las edades", subraya.

Negociando un segundo recital

Rubio Producciones, la empresa organizadora del concierto de Pablo Alborán en el Coliseo Balear el 24 de agosto -y también del que dará dos días antes en Maó-, negocia una segunda actuación del malagueño en Palma, que de producirse se haría el día 25.

Las entradas para el día 24 están prácticamente agotadas. Solo quedan 300. De ahí los intentos de la organización para lograr un segundo recital. La última palabra la tiene la agencia que lleva al artista.

A día de hoy, la gira 2013 acumula doce conciertos. "La verdad es que está siendo algo muy emocionante para todos. Es un aprendizaje enorme para mí y como no sé si podremos repetir esta experiencia, vivo el minuto a minuto. Es una gira en la que hay gran porcentaje de espectáculo", declaró ayer mismo el cantante.

La sencillez de la que hablan sus fans se refleja en cada una de sus actuaciones. En los camerinos de los lugares en los que canta, resulta difícil encontrar lujos y caprichos, solo necesita una decoración "con un poco de cariño", fruta, bocadillos calientes y fríos, agua, refrescos e infusiones. Eso sí, sus anfitriones suelen brindarle los trofeos gastronómicos de las ciudades que visita.