El drama de la esclavitud, la injusticia y segregación social, la privación de libertad de la que hablan las grandes producciones como Django desencadenado y Lincoln no son solo argumentos de películas sobre la historia de Estados Unidos, o de otros lugares lejanos y extraños a nosotros€ La sociedad mallorquina tuvo esclavos, los utilizó como mano de obra en el campo y en la ciudad, y se aprovechó del negocio de la compra y venta de personas durante unos 300 años. "Una situación que, aunque a uno le pueda venir de nuevo, en Mallorca era más bestial que la de Estados Unidos, por los castigos". Así lo afirma Antoni Mas i Forners, historiador y autor de Esclaus i catalans. Esclavitud i segregació a Mallorca durant els segles XIV i XV, además de otros artículos fruto, comenta, de "la preocupación por la similitud con situaciones actuales".

Y aunque pueda parecer que en el tiempo queda muy lejano, Antoni Mas asegura que hoy día aun podemos identificar la herencia genética de esta esclavitud, al menos de la más exótica. "En casi todos los pueblos hay alguien con cara redonda y rasgos asiáticos al que llaman ´el chino´, y eso quiere decir que alguno de sus antepasados era esclavo, tártaro. Pasa en mi pueblo, en Santa Margalida, en Muro"€ Y también quedan las Rondaies Mallorquines, como L´amor de les tres taronges, El port de la Cibella Blanca o Es Negret, y otros cuentos populares, en los que no es extraño que alguno de los personajes secundarios sea un esclavo o un cautivo, o simplemente de otra raza.

Para los expertos en la época feudal, como apunta Antoni Mas, el tema de la esclavitud en Mallorca es de sobra conocido, aunque quizás no para el gran público, "simplemente porque era una cosa tan natural para los historiadores y con tantas referencias que eso ha conllevado a que no se mencione". Indagando un poco, es fácil dar con los estudios de Onofre Vaquer Benassar o de Margalida Pujol, por citar algunos relativamente recientes, que han recopilado numerosos datos sobre la vida de los esclavos en Mallorca, y la compra venta de personas. Los documentos como contratos o censos de aquella época no son nada políticamente correctos y hablan de los esclavos "moros" o "negros" sin ningún tipo de reparo... Quizás sea lo de menos, teniendo en cuenta que el objeto de las operaciones económicas eran personas.

Este fenómeno se vivió durante unos tres siglos, durante la Edad Media. Primero fue esclavizada la población autóctona, la musulmana, sometida por las tropas del Rei en Jaume tras la conquista de Mallorca, pero después, cuando no fue suficiente, se traían esclavos de fuera... A diferencia de otros lugares, en Mallorca había esclavos en Ciutat y en la Part Forana, donde eran la mano de obra en el campo. A lo largo de ese tiempo, búlgaros, rusos, griegos, tártaros, sardos, turcos, armenios, africanos y canarios... fueron pueblos sometidos a la esclavitud en nuestra isla.

Miles de esclavos

No todo el mundo tenía esclavos, pero sí llegó a haber un alto porcentaje de ellos, hay autores que lo cifran hasta en un 36 por ciento de la población, eso sí, totalmente segregados y con unas ordenanzas especiales para ellos: cómo debían vestir, qué oficios no podían ejercer... Fueran un 10 por ciento o un 20 por ciento de los habitantes de la isla, 12.600 ó 7.200, según los cálculos de los diferentes historiadores, lo que queda claro es que llegaron a ser miles y "en el siglo XIV, los esclavos procedentes de fuera de Mallorca superaron en porcentaje a los esclavos que había en Estados Unidos. Se puede decir que era una sociedad con esclavos, pero no esclavista. Y la mayoría de la población no tenía esclavos, quienes los tenían eran los señores, los caballeros, los artesanos, los mercaderes ricos y los payeses muy ricos", añade Mas.

Los esclavos se vendían en el mercado o se hacía la venta directa entre propietarios, según explica Margalida Pujol en L´esclavitud en el Regne de mallorca durant el govern del Rei Martí I. Se utilizaban como mano de obra, y podían tener a lo largo de su vida diferentes trabajos, aunque el verdadero negocio parece que era su liberación. El propietario establecía una cifra y el esclavo, en una situación de semilibertad, trabajaba para poder pagar la deuda. Era habitual que los pagos se calcularan en base a los días de la semana, por lo que estos esclavos en proceso de liberación fueron llamados setmaners. Muchas mujeres esclavas, ante la imposibilidad de conseguir el dinero para pagar al amo, recurrieron a la prostitución, y el término setmanera llegó a ser sinónimo de prostituta. Una vez comprada la libertad, pasaban a ser libertos y podían optar entre irse de la isla o quedarse.

Tal fue el negocio, que llegó un momento en que fue necesario poner orden y limitarlo. Según Antoni Mas, la esclavitud puede datarse entre 1230 y 1530, en una época de grandes cambios en la sociedad mallorquina. Los esclavos eran mayoritariamente hombres, que trabajaban en el campo. A medida que los esclavos iban convirtiéndose y asimilando la cultura catalana, adoptando incluso nombres cristianos, fue necesario importar más mano de obra. Así empezó un flujo constante de esclavos, propiciado por la situación estratégica de Mallorca, desde los mercados orientales del Mediterráneo, desde el Norte de África y desde la costa ecuatorial africana.

Cautivos, ´bords´...

Se les llamaba también ´cautivos´, porque muchos esclavos eran apresados en luchas. Su religión condicionaba el trato que recibían de sus propietarios.Pero también su habilidad en el trabajo. Antoni Mas comenta que en algunos casos, un esclavo con un puesto de mayoral y bien considerado por el propietario podía vivir mejor que un liberto asalariado. También las mujeres esclavas que se quedaban embarazadas, y más si era de su propietario, recibían mejor alimentación y atención médica que una liberta, que no tenía dinero para pagárselo. Los hijos de esclavas eran llamados bords y pertenecían tambien al propietario de la madre. Queda constancia en libros, de censos y de contabilidad, de casos en los que el padre, si era un catalán [como se denominaba a los mallorquines cristianos de aquella época] y no era el dueño de la esclava, compraba al niño. Según recoge Mas en su libro Esclaus i catalans, en 1378, en Mascaró Oms vendía a en Jaume Ferrer un bord de tres meses, hijo del mencionado Jaume con Salvadora, esclava de Oms. Otro caso data de 1387, cuando Berenguer Foixà de Alcúdia dispuso en su testamento que después de muerto fuera liberado su hijo Jordi, hijo de la cautiva de Fraçois Aixertell.

Los hijos entre esclavos también nacían, aunque era más improbable. Tenían estrictas normas de convivencia y cuando conseguían comprar su libertad, tenían ya una cierta edad, ya que el proceso podía prolongarse durante diez años.

Llegó un momento, en el conocido como any de sa fam, en 1374, en que los esclavos se convirtieron en cabeza de turco y en objetivo de las iras de los cristianos mallorquines que veían en ellos una competencia a la hora de conseguir trabajo. Muchos payeses endeudados habían vendido sus possessions y alquerías y ahora se ofrecían ellos como trabajadores€ "En Santa Margalida, la mitad de la gente vendió tierras y se convirtieron en jornaleros", apunta Mas, y es ahí donde la esclavitud dejó de ser necesaria y no solo eso, algo más que molesto. En 1374, Pedro IV prohibió que en la isla hubiera más esclavos de los indispensables para el servicio a sus señores o para el trabajo en el campo, el resto de setmaners y esclavas debían ser expulsados. Fue, según Antoni Mas, una medida populista y no una reforma en profundidad.

Se fue limitando cada vez más la esclavitud y ya en el siglo XV, tras la Revolta forana i les Germanies, cuando la gente de los pueblos se rebeló contra Ciutat por las injusticias económicas, y con la interrupción de las rutas comerciales por parte de los turcos, la esclavitud desapareció. Pero quedan las rondaies, los censos, los contratos y otros documentos que recuerdan que las historias de esclavos no son sólo un argumento para películas norteamericanas.