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Aniversario

Sant Pere revisa su medio siglo

El colegio concertado ubicado en Son Gibert celebra su aniversario con actividades entre las que destaca un documental

El colegio se ha integrado al mundo tecnológico. s. pere

Cuando en París, los universitarios arrojaban adoquines contra el sistema, en los terrenos de la posesión de Son Gibert, en el aún rural Rafal Nou, se levantaba un colegio, el de Sant Pere, adscrito al obispado. Con el tiempo, se vería que también ahí se buscaban mejoras. En su cincuentenario, la escuela revisa su historia.

Miremos atrás. El propietario de la enorme finca, Baltasar Valentí, cedió terrenos a la Iglesia que sirvieron para construir en los años 40 el Seminario de Mallorca. En 1951, se inauguró el edificio que albergaría el futuro colegio, que no abriría sus puertas hasta finales de los años 60. El primer curso fue la promoción del 67/68.

Medio siglo después, los casi 1.500 alumnos, con edades que abarcan desde los tres hasta los 18 años, están de fiesta. En el claustro, director y profesores perfilan un calendario de actividades diversas, que incluso traspasarán muros con la Gran Gala en el Teatre Principal el 28 de marzo, en la que se presentará el documental del colegio.

Andreu Mir, su actual director general, comparte su tiempo con otros centros más, además de sus investigaciones sobre cómo cambian los barrios de Palma a medida que se instalan en ellos los nuevos mallorquines.

"Creo que si algo distingue al colegio es estar vinculado a la barriada desde sus inicios, y aún ahora con las importantes transformaciones que han habido en la zona y que, lógicamente, han repercutido en el alumnado", apunta el director y doctor en Ciencias de la Educación.

Precisamente en el aspecto meramente pedagógico, Sant Pere desafía su amplio territorio. En una superficie de 6.000 metros, con aulas conectadas a través de distintos patios, con amplias zonas ajardinadas, piscinas y un comedor, "el trato es propio de colegio pequeño, aunque el espacio sea grande; aquí los alumnos no son números", apunta Mir.

Está animado aún incluso asumiendo que "también en Sant Pere hay fracaso escolar, sobre todo por absentismo"; de ahí que "potenciemos materias que fomentan la inteligencia múltiple, no solo la memoria. Hoy con el desarrollo de internet, todo ha cambiado. La información ha perdido valor, en cierto modo, por eso buscamos educarles en valores, en que no pierdan su conexión con el barrio, con la ciudad, con Mallorca, con el mundo". Andreu Mir habla de una "primavera educativa" frente a una visión pesimista que sobrevuela el panorama educativo de Balears. Con todo, el regreso del auge turístico "incide en que muchos abandonen los estudios y busquen trabajo".

Aquel pequeño gran colegio, que se fue urbanizando con promociones de casas de protección oficial que conviven con casas de planta baja con huerto, es un trozo de mapa. Sus alumnos proceden de distintos países y culturas. "En Bachiller cambia un poco porque al ofrecer diez clases, vienen de otros lados", indica su director.

Por el colegio han pasado niños que hoy son personajes públicos como el actor Agustín El Casta, o Miquel Ensenyat, actual presidente del Consell de Mallorca; y el recientemente nombrado obispo auxiliar de Barcelona, Antonio Vadell. También estudió en Sant Pere la actriz Agnes Llobet.

Joana Maria Mesquida es parte de la memoria del colegio. Es la secretaria del colegio. Lleva 37 años. Ella no estudió aquí si no en el cercano Sant Josep Obrer. Recuerda entre el anecdotario que le contaron el día en que un avión aterrizó en el patio del colegio en lugar del aeródromo de Son Bonet. Sucedió en 1948. Asimismo, menciona la figura de don Juan Puigrós, "el mayordomo del seminario, que lo cuidaba, siempre acompañado de sus dos perros"; aún hoy sigue en el colegio. Los niños ven al sacerdote pasear entre los patios.

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