El mallorquín Manuel Olivera participará desde el próximo sábado en una expedición científica a la Antártida que también le planteará un desafío deportivo. Los cuatro expedicionarios se desplazarán por el hielo de esta inhóspita zona del planeta en un Trineo de Viento, cuya construcción ha supervisado Olivera, ingeniero industrial de profesión.
La campaña 'Antártida Inexplorada 2018-2019' se prolongará durante 50 días en los que Ramón Larramendi, jefe de la expedición; el biólogo Ignacio Oficialdegui, el guía Hilo Moreno y el propio Olivera tratarán de sobreponerse a las duras condiciones climatológicas de este territorio sin recibir ningún tipo de ayuda del exterior.
"El reto es científico, pero hay una parte de reto geográfico o deportivo, que es llegar a la cima Domo Fuji, una estación meteorológica japonesa en la que se ha registrado la temperatura mínima histórica de la tierra, 93 bajo cero", explicó ayer Olivera.
Las temperaturas que se encontrarán allí las próximas semanas son más suaves. Es el verano austral y los expedicionarios esperan que el termómetro se sitúe en torno a los 40 grados bajo cero. Los exploradores tienen la misión de realizar once experimentos científicos encargados por diez instituciones, incluyendo la Agencia Espacial Europea.
Uno de sus trabajos será clave para avanzar en la investigación del cambio climático. "Recogeremos muestras de hielo a seis metros bajo la superficie. Ese hielo tiene doscientos años de antiguedad y es importante porque en ese momento se inició la Revolución Industrial y el calentamiento global", valoró Olivera.
El equipo se desplazará sobre un Trineo de Viento, un vehículo eólico que se mueve propulsado por una cometa de 150 metros cuadrados. Fue creación de Larramendi, pero Olivera lo ha perfeccionado durante la última década aprovechando sus conocimiento de ingeniería industrial.
Será la primera vez del mallorquín en la Antártida, aunque ya ha explorado el Ártico y Groenlandia. La expedición ha sido patrocinada por la Fundación Príncipe Alberto de Mónaco.
