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Entrevista

Clara Ingold: "Prefiero la comedia al drama porque me permite explicar más cosas"

La mallorquina presentará en septiembre una obra codirigida por Joan Fullana y Diego Ingold Su vocación es la comedia y considera el humor como algo muy serio

Clara Ingold, ayer, en Palma. g. bosch

Antes de subirse a los escenarios, Clara Ingold (Palma, 1985) estuvo seis años centrada en la cocina. Faceta que empezó a desarrollar en Inglaterra cansada de comer pan con mantequilla. Pero dejó los fogones por los guiones y siguió su vocación de actriz. Con muchos proyectos en marcha, saca tiempo para ganar seguidores en Instagram gracias a sus gags.

-¿Cómo entiende el humor?

-Como algo muy serio. Repito estas palabras de Monstruo Espagueti, Anastasia Bengoechea: "Se tiene que tratar de manera muy seria". Es muy importante, es lo único que nos queda a nivel de crítica, de transformación o de cualquier situación que suceda.

-¿Comedia o drama?

-Me siento más cómoda con la comedia, me permite explicar muchas más cosas. El drama también me gusta mucho, pero uno tiene que hacer caso a lo que realmente se le da muy bien.

- Hace un año empezó a publicar vídeos en las redes. ¿Cómo surgió la idea?

-Nace de la nada. Es un porque sí. No me he hecho preguntas: voy a hacer esto, hice uno y me gustó.No esperé a nadie, igual me pudría. Hago el guión, el vídeo, lo edito y lo cuelgo. Es una forma de tener el cerebro activo, transformando cualquier situación cotidiana en humor. Aunque hay semanas que no se me ocurren cosas porque tengo mucho trabajo. Necesito tener tiempo para poder perderlo, para tener más ideas y hacer más vídeos.Lo hago por amor al arte. Si de aquí sale algo, bienvenido sea. De hecho, creo que ya va saliendo.

-¿Qué proyectos le han salido?

-Pedro Deltell, un mallorquín afincado en Madrid, junto a Paula Galimberti y Gonzalo Piñán, están haciendo cortos, un formato que han llamado ESimprocine. Se inspiró en mí para un personaje que hace vídeos para YouTube. Hemos realizado un rodaje muy bueno aquí que saldrá en octubre. Son películas improvisadas. Se hacen dos o tres tomas sobre lo que él tiene en mente y el guión sale solo.

-¿Cine o teatro?

-Las dos cosas. Son muy distintas. El teatro es exclusivo, efímero, único y continuo. No hay un "corten". Cuentas una historia en tiempo real que no se repetirá nunca más. El público responde al momento. La carcajada me permite saber que lo estoy haciendo bien. Por eso me gusta más la comedia, es una constante comunicación con el espectador. Si no ríen es porque estás fallando. El cine me encanta, el vídeo. Es la razón de que haga estas pequeñas piezas, aunque no sean cine.

-Uno de sus vídeos, 'Camino a casa', se hizo viral a nivel mallorquín al reflejar la saturación turística. Como 'canamuntera', ¿de qué forma ha vivido este cambio?

-Llegué al barrio hace siete años justo en el momento que empezó. No había turistas, era otro mundo. Un barrio cutre con encanto. Dejó de ser cutre porque se empezaron a comprar todas las cosas derruidas y las convirtieron en hoteles, básicamente. El Airbnb ha reventado en esta zona, ha sido un poco cruel. Pero suele pasar. Gente interesante hace cosas en un barrio barato y hecho polvo, empieza a haber movimiento, por tanto, vienen aquellos que quieren que pasen más cosas interesantes. Tienen pasta, están aburridos y compran todo. Entonces, las personas que hacían cosas interesantes se tienen que ir a otro lado. Es un movimiento mundial. El turismo es el motor de aquí, no le van a dar la espalda. Dudo que se tomen todas las medidas necesarias.

-He vist balenes'es una producción de la compañía La Impaciència y la adaptación de un cómic. ¿Cómo fue su acogida?

-Se han hecho cuatro pases en el Teatre del Mar y dos en el Principal. Hemos actuado en Inca, Bunyola. El 23 de septiembre la presentaremos en Fira B!, iremos a Alcúdia y Manacor. Pero sigue siendo poco para una pieza que ha llevado tanto trabajo. Lo suyo es sacarla de aquí, se necesita un buen distribuidor.

-¿Qué hay que cambiar?

-En la isla parece que hay miedo a programar un espectáculo. Cuando se hicieron cuatro pases en el Teatre del Mar, el público fue in crescendo, la segunda semana había más gente. El boca a boca no llega a funcionar si la obra no está en cartel más tiempo. La sala se llena cuando hay una obra programada durante tres o cuatro meses, por eso funciona Trampa. Aunque el castellano también ayuda, y la comedia sobre todo. Se llega a más público.

-¿Prefiere improvisar o estudiarse el papel?

-Siempre he dicho que prefiero el guión a improvisar. Cuando improviso es porque me han empujado a hacerlo, no tengo tanta rapidez como los de Trampa. Me defiendo bastante mejor con un guión. Aquí hay guionistas muy buenos como La guarida de tramposos. Aunque un mig i mig también me gusta mucho, lo he descubierto con Pablo Deltell.

-¿Qué podemos esperar de usted en la próxima temporada?

-A finales de este mes empezamos a ensayar una coproducción con el Teatre Principal,un proyecto que presentaron Diego Ingold y Joan Fullana: #Comviure. Va sobre la problemática de la vivienda. Una distopía sobre qué pasaría si esta situación sigue avanzando, qué soluciones buscaría la gente local.Es interesante porque no se representa en el teatro sino en una casa de verdad. También tengo algunas piezas infantiles, tres obras en marcha en Trampa y otras historias.

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