Rabiosamente cañera: Yamaha MT-09

La Hypernaked que mueve pasiones cumple 9 años renovada y con toda la fuerza de su evocador rugido.

Caña al mono

Caña al mono / Rafa Vaquer

Rafa Vaquer

Aún recuerdo cuando en 2013 salió el primer video con el eslogan "The Dark side of Japan" lanzando la Yamaha MT-09. "Jo*er, qué buenos son vendiendo motos", pensé. Acabo de repasarlo en YouTube y descubro otro video desarrollando nada menos que el diseño del sonido de la actual Yamaha MT-09, que parece fácil. Y es justo ese sonido, cañero y evocador, el que te engancha en la renovada tricilíndrica de 889 cc que enamora desde que la ves en el escaparate.

La agresiva estética de "streetfighter" está muy conseguida en toda la gama Yamaha MT (Master of Torque), aunque a algunos puristas les chirríe el nuevo faro poliepsoidal, que aporta ese toque más radical y que, total, tampoco lo ves.

Lo que sí ves es una completa pantalla TFT a color de 3,5" que despliega toda la información tecnológica equipada en la Yamaha MT09: Modo de conducción, control de tracción, antideslizamiento, frenada… Hasta 6 controles electrónicos, puestos bajo el mando de un acelerador también electrónico que reacciona a la milésima de segundo. La versión Full maneja 119 CV, aunque, y esta es la gran noticia, hemos probado la nueva versión de 35 kW para carnet A2, limitada a 47 CV, que te transmite idénticas sensaciones al manillar.

Porque se trata de una máquina de sensaciones. Las sensaciones que te promete el spot comercial están ahí, al abrir gas y sentir bramar ese escape ronco, evocador. No es que haga ruido, la norma Euro 5 no lo permitiría, hace música. Una música visceral, que suena a competición, a victoria. Que mola. Vale que la estética del "no-escape" se puede mejorar añadiéndole un Akrapovic que se ofrece como extra, pero en marcha es prescindible.

La sacamos a pasear, va. Esta máquina te pide curvas, carreteritas de montaña reviradas donde poner a prueba el cambio Quickshifer, subiendo y bajando marcha sin tocar embrague. Funciona, toda una finura, bidireccional y antirebote, aunque los de vieja escuela nunca nos acabamos de fiar y siempre tiramos un pelín de embrague. Seguimos, enlazando curvas cerradas, cambios de rasante y siempre sintiendo esa música ronca al abrir gas, que suena como rascándote la espalda. Pura sensación. Y de vuelta a la ciudad, la MT09 busca siempre la parrilla de salida en los semáforos, manejable como un scooter. Totalmente prohibido montarle un topcase, que será muy práctico, pero con una mochila puedes ir igualmente al curro o al súper sin destrozar un diseño tan especial, con su chasis de aluminio Deltabox, su basculante y horquilla invertida. Un completo paquete de tecnología y electrónica impregnado de filosofía cañera. Si no te puedes esperar con tu A2 llevando una cilindrada más baja durante dos años, aprovecha, que ahora vienen los Reyes.

Pruébala y me cuentas.

Para detalles técnicos más serios, en la web: www.yamaha-motor.eu/es

RUIDO DE MOTOS

Papa Noel nunca pasa por Tramuntana.

Es final de año, tiempo de balance y fum, fum, fum. Así que hoy, en lugar de ruta, vamos a repasar este año que se acaba.

Un año en el que las motos ocuparon el centro de Palma para reivindicar su lugar en el centro de Palma, como vehículo sostenible y rechazando nuevas normas restrictivas. Un año en que un mallorquín, Izan Guevara, se corona campeón del mundo de Moto 3 para que, poco después, otro mallorquín, Augusto Fernández, también pille el título mundial de Moto 2, siguiendo la estela de Joan Mir, anterior campeón mundial de MotoGP o de Jorge Lorenzo, que lo dejó cuando no podía ya cerrar el armario de los trofeos. Como Xicu Ferrer en tierra o Pakita Ruiz en féminas. Todos inexplicablemente surgidos en una Comunidad donde se nos acumulan obsesivamente los campeones del motor, sin tener excesivo apoyo institucional, aunque tras los éxitos, todas las instituciones se apunten a la foto. Unas instituciones que apoyan alegremente otras actividades deportivas, especialmente las que tienen repercusión turística, y no consienten reconocer ni el motociclismo como actividad de interés. Existen comunidades donde se promueven actividades moteras, regalan mapas y guías turísticas, generan webs y apps dedicadas a potenciar el Mototurismo en sus carreteras. Aunque la Federación Internacional de Moto (FIM) y la Federación Española (RFME) destaquen la Volta a Mallorca en Moto en sus calendarios de pruebas, aquí las motos no están bien vistas, hacen ruido, humo y, por definición, son mala gente, especialmente cuando compiten ilegalmente por la Serra de Tramuntana. Una zona de guerra privada donde la plataforma Indignats Ma10 se tiene que ir a protestar a Europa porque aquí no les hace caso en sus demandas ni la Guardia Civil. Y eso a pesar de haber conseguido que la administración les pinte una línea continua, candidata al Récord Guinness de las marcas viales más largas del mundo. Una extraña solución que cuesta más retenciones y disgustos kilométricos a los mismos residentes de la zona que las bondades que pretendía conseguir. Todo por culpa de las motos, que, inevitablemente, siempre se ven como un colectivo malvado, como si todos nos pusiéramos de acuerdo por el solo hecho de llevar un manillar.

Sin embargo, es Navidad y, desde hace años, Bribones Bikers organiza su tradicional Ruta Motera Papá y Mamá Noel, otra de las 29 pruebas que llenan el calendario de Mototurismo de la Federación Balear (FBM). La ruta tuvo lugar el sábado 17, llenando las calles de Palma de motos y color navideño, parando solidariamente en Son Espases y siguiendo dirección a Inca y Muro. Al igual que pasa en otras ciudades del país, las papanoeladas en moto te destrozan el tópico de moteros malotes, pero no hay que tenerlas en cuenta, solo ocurren a final de año y nunca pasan por Tramuntana.

Por cierto, si alguien pasa el fin de año en Andorra, aunque sea en moto de nieve, que no se pierda mi exposición aniversario "Johnny Roqueta: 40 Tacos, 40 Motos" en el Museu de Còmic de la Massana.

Feliz salida y entrada de año, pero siempre como una moto.

Navidad en Bribones Biker

Navidad en Bribones Biker. / Rafa Vaquer